¡Bienvenido al 1er “Café Con Dios” online: Un café para tu alma!
Me sentía enfermo y tenía fiebre. No es la manera mas agradable de viajar pero cuando el deber llama hay que responder. Estaba nublado, lloviendo y hacia frío. Era como si todo a mi alrededor reflejara como me sentía por dentro.
Aborde el avión que nos llevaría a la siguiente ciudad en la agenda. Comenzó a elevarse y atravesamos la densa capa de nubes que nos mantenían a obscuras. De pronto al seguir subiendo tuve una vista incomparable. El cielo azul hasta donde se podía ver, el sol brillando con toda su fuerza y calor y bajo nosotros un hermosa alfombra blanca de nubes. ¡Era tan agradable esta ahí! Y tan diferente a como se veía todo solo unos minutos antes. Sentí el calor del sol en la cara y todo cambio. Fue como si Dios empezara a calentar también mi alma. Por un momento olvide que estaba enfermo, deprimido y con ganas de estar en otro lado.
Esa imagen causo una fuerte impresión en mi mente a la que recurro cada vez que estoy afligido por alguna situación en mi vida. Aun cuando las nubes de problemas o dificultades estén sobre mi y a mi alrededor el panorama sea obscuro, yo se que mas arriba de todo esto esta Dios y que desde su perspectiva todo es hermoso, el cielo sigue siendo azul, y el sol sigue brillando y los problemas, por mas densos que sean, desde su perspectiva son solo una hermosa alfombra blanca.
Lo mas increíble de todo esto es que solo tenemos que pedírselo y El nos toma en sus brazos y nos levanta para poder ver las cosas desde donde Él está. ¿Quieres seguir viendo los problemas y sentirte mal por tu situación o preferirías que Dios te tome en sus brazos y te muestre su alfombra blanca?
Lectura: Filipenses 4:6-9