Comentarios Sobre Marcos 3:7-35

Marcos 3:7-35

por P. Andrés Zúñiga Peregrina

Marcos 3:7-35

Este pasaje nos muestra el creciente impacto del ministerio de Yeshua, desde su fama como sanador hasta la elección de los doce discípulos. Yeshua confronta acusaciones, enseña sobre el pecado imperdonable y destaca que la verdadera relación con Él se basa en hacer la voluntad de YHVH. Este texto nos invita a reflexionar sobre la fidelidad a los mandamientos de la Torá y la flexibilidad ante las tradiciones humanas, siguiendo la guía de Yeshua.

Marcos 3:7-10

La fama de Yeshua como sanador se extendió por las regiones, atrayendo multitudes que buscaban tocarlo para ser liberadas de sus enfermedades.

La palabra «plagas» (griego: mástix, Strong 3148) significa azote o látigo, evocando enfermedades severas, similares a las plagas de Egipto, a menudo asociadas con espíritus inmundos (akáthartos, Strong 169, impuro ceremonial o demoníaco). No se especifica si la multitud buscaba arrepentimiento o solo sanidad física. Ver Lucas 5:1 Por ello, Yeshua predicaba desde una barca, manteniendo una barrera de contención para poder ministrar a los corazones y no solo a los cuerpos, mostrando que su mensaje apunta a una transformación profunda.

Marcos 3:11-12

Los espíritus inmundos reconocían a Yeshua como el Hijo de Dios, pero Él les ordenaba callar. Este reconocimiento no implica salvación, pues no hay arrepentimiento ni conversión.

Este pasaje nos recuerda que conocer a Yeshua no es suficiente; la verdadera relación con Él requiere arrepentirse y volver a vivir según los mandamientos de YHVH, lo que es llamado conversión, nacer de nuevo o la circuncisión del corazón. Ver Deuteronomio 30:1-2

Marcos 3:13-19

Yeshua llamó a doce discípulos para que estuvieran con Él y los enviara a predicar, estableciéndolos como testigos de su mensaje.

La palabra «doce» (hebreo: shenayim, Strong 8147) está relacionada con el testimonio, más que con un número fijo. En la Torá, vemos ejemplos como las dos lumbreras Ver Génesis 1:16, los dos postes con sangre Ver Éxodo 12:7 o las doce fuentes en Elim Ver Éxodo 15:27, que simbolizan un testimonio divino. Los doce, aunque no eran los más idóneos según los estándares humanos, fueron elegidos por Yeshua para reflejar el patrón celestial de testigos de YHVH. Ver Juan 5:19-21 Este pasaje nos llama a ser testigos fieles, independientemente de nuestras limitaciones.

Definición etimológica: Doce

Doce viene de la raíz hebrea shenayim, que significa dos y se asocia con testimonio o testigos. En la Escritura, el número dos o doce a menudo representa un testimonio completo de la obra de YHVH. Ver Deuteronomio 17:6, Deuteronomio 19:15

Marcos 3:22-30

Los escribas acusaron a Yeshua de estar poseído por un espíritu maligno, atribuyendo sus milagros a haSatán. Yeshua responde con una pregunta lógica: ¿cómo puede un reino dividido contra sí mismo permanecer? Usa la analogía de un ladrón que primero debe atar al dueño de la casa para robarla, mostrando lo absurdo de la acusación.

Luego, Yeshua advierte sobre el pecado imperdonable: atribuir al Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo) lo que es del maligno. Esto nos exhorta a ser cautelosos al juzgar lo que no entendemos, pues podríamos condenar la obra de YHVH. Ver Hechos 5:34-39 La prudencia en nuestras palabras es clave para no contristar al Ruaj HaKodesh. Ver Efesios 4:29-31

Marcos 3:31-35

Los parientes de Yeshua, preocupados por su seguridad, pensaban que había perdido la razón. Sin embargo, Yeshua redefine la familia espiritual, diciendo que quienes hacen la voluntad de YHVH son su verdadera familia.

La Torá enfatiza hacer la voluntad de YHVH como el camino a la vida. Ver Deuteronomio 30:16 Yeshua no niega a sus parientes físicos, como María y sus hermanos Ver Mateo 13:55-56, pero eleva la obediencia a YHVH como el vínculo que define la comunidad de fe. Este pasaje nos desafía a priorizar la voluntad del Padre para ser parte de la familia de Yeshua.

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

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