Siguiendo Al Mesías Yeshua

Siguiendo al Mesías Yeshua: Primeros Pasos

Siguiendo al Mesías Yeshua: Primeros Pasos

por P. Andrés Zúñiga Peregrina

Reconciliación

Introducción

Génesis 1:3-4

En el primer día de la creación, YHVH, conocido como Elohim, hizo resplandecer su luz sobre las tinieblas y las separó. Este acto poderoso marca el inicio de la obra creadora, mostrando cómo la luz divina transforma el caos. De manera similar, para que una persona se reconcilie con Dios, debe reconocer que Él es real y que estamos separados de Él en tinieblas. Este reconocimiento es el primer paso hacia la luz, hacia la reconciliación con nuestro Creador.

La luz de Yeshua

Juan 1:5, 9-12

La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la dominaron. La luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de ella; pero el mundo no la conoció. A lo suyo vino, pero los suyos no la recibieron. Mas a todos los que la recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Este pasaje nos enseña que YHVH es el Creador de todo, pero no todos son sus hijos. La luz que separa las tinieblas se personifica en Yeshua, el Mesías, quien ilumina el camino hacia la reconciliación. Creer que YHVH desea que volvamos a Él a través de Yeshua es el primer paso para salir de las tinieblas y ser restaurados como hijos de Dios.

La misión de Yeshua

Lucas 4:16-19

Yeshua vino a Nazaret, donde se había criado, y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito: «El Espíritu de YHVH está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor».

Yeshua, como la luz gloriosa enviada por YHVH, trae un anuncio lleno de esperanza: sanar corazones heridos, liberar a los oprimidos y proclamar el año del jubileo, un tiempo de libertad. Su misión conecta las promesas de la Torá con su cumplimiento, mostrando el camino hacia la reconciliación y la restauración.

Definiciones: reconciliación y restauración

  • Reconciliación: Reconciliar viene de la palabra hebrea kafar (3722), que significa cubrir, especialmente con betún, como cuando Noé impermeabilizó el arca. En sentido figurado, implica expiar o cancelar las faltas, satisfaciendo la justicia divina para restaurar la relación con YHVH.
  • Restauración: Restaurar proviene de la palabra hebrea jadash (2318), que significa renovar o reconstruir. Es devolver algo a su estado original, restaurando nuestra identidad como hijos de YHVH, perdida por vivir separados de Él.

Nueva criatura en el Mesías

2 Corintios 5:17-18

Si alguno está en el Mesías, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de YHVH, quien nos reconcilió consigo mismo por el Mesías y nos dio el ministerio de la reconciliación.

Romanos 12:2

No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de YHVH, agradable y perfecta.

Estos textos revelan que la reconciliación con YHVH a través de Yeshua cubre nuestras faltas, mientras que la restauración renueva nuestra mente, permitiéndonos vivir según el propósito de YHVH, que es bueno, agradable y perfecto. Ver Deuteronomio 30:1-10.

El hijo pródigo

Lucas 15:11-24

Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre: «Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde». Y les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual lo envió a su hacienda para que apacentara cerdos. Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Volviendo en sí, dijo: «¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros’». Entonces se levantó y fue a su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó. El hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo». Pero el padre dijo a sus siervos: «Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su dedo y calzado en sus pies. Traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta, porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado». Y comenzaron a regocijarse.

Este relato ilustra las tinieblas en las que vivimos separados de YHVH, malgastando los dones que Él nos ha dado. El reconocimiento de nuestra condición, el arrepentimiento y el regreso al Padre son pasos esenciales para la reconciliación. La misericordia del Padre, que corre a recibirnos, refleja el amor de YHVH, quien nos restaura como hijos a través de Yeshua.

El camino al Padre

Juan 14:6-7

Yeshua dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto».

Yeshua es el camino glorioso hacia la reconciliación, mostrando que solo a través de él podemos regresar al Padre. Su sacrificio cubre nuestras faltas, permitiéndonos ser justos ante YHVH. Ver 2 Corintios 5:19-21.

Comentario

Marcos 1:45 – Marcos 2:1-4

En Marcos 1:45, un hombre sanado por Yeshua desobedece su instrucción de no contar a nadie, lo que provoca que Yeshua no pueda entrar públicamente en las ciudades, mostrando el impacto de la desobediencia incluso con buenas intenciones. En Marcos 2:1-4, los amigos de un paralítico, movidos por la fe, superan obstáculos para llevarlo ante Yeshua, demostrando que la fe activa busca soluciones creativas para acercarse al Mesías. Estos pasajes contrastan la desobediencia con la fe práctica, ilustrando que la reconciliación requiere obediencia y esfuerzo para seguir a Yeshua. Ver Marcos 2:5.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo ilustra Génesis 1:3-4 la separación entre la luz y las tinieblas en nuestra vida espiritual? Ver Juan 1:5.
  • ¿De qué manera la misión de Yeshua, descrita en Lucas 4:16-19, refleja las promesas de la Torá? Ver Isaías 61:1-2.
  • ¿Cómo se relaciona el concepto de reconciliación (kafar) con la historia del hijo pródigo? Ver Lucas 15:20-24.
  • ¿Qué significa ser una «nueva criatura» según 2 Corintios 5:17-18, y cómo se conecta con la restauración (jadash)?
  • ¿Cómo transforma la fe en Yeshua nuestra comprensión de quién es YHVH y quiénes somos nosotros? Ver Juan 14:6-7.

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Arrepentimiento del Pecado

Introducción

Marcos 1:14-15

Yeshua fue a Galilea predicando el evangelio del reino de YHVH, diciendo: «El tiempo se ha cumplido y el reino de YHVH se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!». El arrepentimiento es el inicio del proceso de restauración y renovación de nuestra identidad como hijos de YHVH. Reconocemos que no hemos seguido las instrucciones de la Torá, ya sea por desconocimiento o por decisión propia, y nos comprometemos a conocer y vivir según la Palabra de YHVH.

El poder del arrepentimiento

Juan 1:12-13

A todos los que recibieron a Yeshua, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de YHVH. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de YHVH.

Arrepentirse implica aceptar las condiciones de Yeshua: reconocer nuestras faltas, asumir la responsabilidad y demostrar con acciones un compromiso genuino por no repetirlas. No es solo sentir remordimiento o culpar a otros, sino decidir vivir según la voluntad de YHVH, expresada en su Palabra. Este acto de fe en Yeshua, el Mesías, nos transforma en hijos de YHVH, renovando nuestra identidad.

Conocer la falta para arrepentirse

Arrepentirse sin conocer la falta es como pedir perdón sin saber por qué. En las relaciones humanas, a menudo percibimos que algo está mal, pero sin entender la ofensa, el perdón carece de profundidad. Del mismo modo, en nuestra relación con YHVH, debemos conocer qué le ofende para arrepentirnos sinceramente. La Torá nos revela lo que YHVH considera pecado, permitiéndonos reconocer nuestras faltas, pedir perdón con conocimiento y comprometernos a no repetirlas. Ver Levítico 5:17.

Juan 5:14

Yeshua dijo a un hombre sanado: «Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor».

Juan 8:10-11

A una mujer perdonada, Yeshua le dijo: «Mujer, ¿dónde están los que te acusabas? ¿Ninguno te condenó? […] Ni yo te condeno; vete, y no peques más».

En ambos casos, las personas conocían la Torá y entendían qué era el pecado. Yeshua les exhorta a no volver a pecar, mostrando que el arrepentimiento implica un cambio consciente para vivir conforme a los mandamientos de YHVH.

¿Qué es el pecado?

1 Juan 3:4-9

Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley. Ustedes saben que el Mesías se manifestó para quitar los pecados, y en Él no hay pecado. Todo el que permanece en Él, no peca. […] El Hijo de YHVH se manifestó para destruir las obras del diablo.

Pecar es violar los mandamientos de YHVH, contenidos principalmente en la Torá. Quienes aman a YHVH buscan conocer y obedecer su Palabra, evitando lo que Él considera ofensivo. Yeshua no vino a abolir la Torá, sino a cumplirla y mostrarnos cómo vivirla. Ver Mateo 5:17-19. El verdadero arrepentimiento surge del amor a YHVH, llevándonos a esforzarnos por no ofenderle nuevamente.

La lucha contra el pecado

Romanos 6:21-23

¿Qué fruto tenían entonces en aquellas cosas de las cuales ahora se avergüenzan? Porque el fin de esas cosas es muerte. Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de YHVH, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de YHVH es vida eterna en el Mesías Yeshua, Señor nuestro.

Desde la desobediencia en el Edén (Génesis 3), la humanidad heredó una inclinación a pecar, una predisposición a desobedecer los mandamientos de YHVH. Esta «ley del pecado» en nuestra carne se opone a la Ley de YHVH, que produce vida. Yeshua, al no pecar jamás, pagó el precio de nuestra desobediencia, liberándonos de la esclavitud al pecado y permitiéndonos vivir en santificación.

Romanos 7:9-25

Pablo describe la lucha interna: «Porque lo que hago, no lo entiendo. Porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago. […] ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? Gracias a YHVH, por el Mesías Yeshua».

A través de Yeshua, somos libres para obedecer la Ley de YHVH, aunque la lucha contra los deseos de la carne persiste mientras vivimos en este cuerpo.

La Ley escrita en el corazón

Jeremías 31:33-34

«Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré. Entonces yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. […] pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado».

Juan 14:23-26

Yeshua dijo: «Si alguien me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y haremos con él morada. […] El Consolador, el Ruaj HaKodesh, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas».

El Ruaj HaKodesh escribe la Ley de YHVH en nuestros corazones, guiándonos para conocer y obedecer sus mandamientos. Este es el sello de nuestra renovación como hijos de YHVH, capacitándonos para vivir según su voluntad.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo define 1 Juan 3:4 el pecado, y por qué es crucial entenderlo para un arrepentimiento genuino?
  • ¿Qué relación hay entre el arrepentimiento y la obediencia a los mandamientos de YHVH? Ver Juan 14:15.
  • ¿Cómo ilustra la historia del Edén (Génesis 3) las consecuencias de desobedecer a YHVH?
  • ¿De qué manera el sacrificio de Yeshua nos libera de la esclavitud al pecado? Ver Romanos 6:21-23.
  • ¿Cómo nos ayuda el Ruaj HaKodesh a vivir según la Ley de YHVH? Ver Jeremías 31:33-34.

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El Evangelio

Introducción

Marcos 1:14-15

Yeshua fue a Galilea predicando el evangelio del reino de YHVH, diciendo: «El tiempo se ha cumplido y el reino de YHVH se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!». Tras el arrepentimiento, Yeshua nos llama a creer en el evangelio, las buenas nuevas que conectan las promesas de la Torá con su cumplimiento en él. Este mensaje glorioso nos invita a reconocer nuestra necesidad de reconciliación, ser restaurados como hijos de YHVH y vivir según su voluntad a través del Ruaj HaKodesh.

Las buenas nuevas profetizadas

1 Pedro 1:10-12

Los profetas inquirieron acerca de la salvación, guiados por el Espíritu del Mesías, anunciando los sufrimientos de Yeshua y las glorias que seguirían. Estas cosas, reveladas por el Ruaj HaKodesh, son las buenas nuevas anunciadas para nosotros. Ver Amós 3:7.

El evangelio, del griego euanguélion (2098), significa buen mensaje o buenas noticias. Estas fueron reveladas desde el principio por los profetas y escritas en la Torá, mostrando el plan de YHVH para restaurar a su pueblo.

La promesa de la reconciliación

Deuteronomio 30:1-5

YHVH prometió a través de Moisés que, aunque su pueblo se rebelara y fuera dispersado por desobediencia, si se arrepentían y obedecían con todo su corazón, Él los reuniría de entre las naciones, los restauraría y los prosperaría.

Esta es la buena nueva: YHVH, en su amor, abre un camino para que volvamos a él como su pueblo, cumplido a través del sacrificio de Yeshua. Ver Romanos 5:7-11.

La circuncisión del corazón

Deuteronomio 30:6-10

YHVH circuncidará el corazón de su pueblo para que lo amen y obedezcan sus mandamientos, trayendo vida y bendición. Circuncidar el corazón significa quitar la inclinación a desobedecer, reemplazándola con un deseo de vivir según la Torá.

Este cumplimiento, profetizado como el nuevo pacto (Jeremías 31:31-33), asegura que YHVH será nuestro Dios y nosotros su pueblo, viviendo en obediencia para prosperar. Ver Josué 1:7-9.

El peligro de un evangelio incompleto

Oseas 4:6

«Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré».

Sin conocer y obedecer los mandamientos de YHVH, la identidad de su pueblo queda incompleta, y las bendiciones prometidas no se experimentan plenamente.

Mateo 12:43-45

Yeshua ilustra que un corazón limpiado por el perdón, pero no lleno de la obediencia a la Torá, queda vulnerable, pudiendo caer en un estado peor que el inicial.

El evangelio completo incluye arrepentirse, creer en Yeshua y vivir según los mandamientos de YHVH.

Llenar el corazón con la Torá

Hechos 3:17-20

Pedro llama al arrepentimiento y la conversión para que los pecados sean borrados y vengan tiempos de alivio. Tras recibir el perdón a través de Yeshua, debemos llenar nuestra mente y corazón con los mandamientos de YHVH, obedeciéndolos con la ayuda del Ruaj HaKodesh.

Como comunidad, estudiamos la Torá, nos esforzamos por obedecerla, nos animamos mutuamente y nos apoyamos en oración para vivir como pueblo de YHVH.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo conecta Marcos 1:14-15 el arrepentimiento con la fe en el evangelio?
  • ¿Qué papel juegan los profetas en el anuncio de las buenas nuevas? Ver 1 Pedro 1:10-12.
  • ¿Cómo refleja Deuteronomio 30:1-5 el amor de YHVH hacia su pueblo?
  • ¿Qué significa la circuncisión del corazón, y cómo se relaciona con la obediencia a la Torá? Ver Deuteronomio 30:6-10.
  • ¿Por qué es crucial conocer y obedecer los mandamientos de YHVH para vivir plenamente como su pueblo? Ver Oseas 4:6.

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La Fe en Dios

Introducción

Números 13:30-31

Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés y dijo: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos». Mas los varones que subieron con él dijeron: «No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros».

La fe, según la Torá, es confiar en las promesas de YHVH y obedecer sus instrucciones, como lo demostraron Josué y Caleb. Tras arrepentirnos y recibir el perdón a través de Yeshua, la fe nos lleva a creer que YHVH transformará nuestra vida, no por nuestra fuerza, sino por su Palabra. La fe es la acción de obedecer lo que YHVH ha prometido, enfrentando cualquier desafío con confianza en él.

La fe como acción

Marcos 9:17-27

Un hombre llevó a su hijo poseído a Yeshua, diciendo: «Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo […]. Dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron». Yeshua respondió: «¡Oh generación incrédula! […] Si puedes creer, al que cree todo le es posible». El padre clamó: «Creo; ayuda mi incredulidad». Yeshua expulsó al espíritu, y el muchacho fue sanado.

La fe es la evidencia de haber creído en el mensaje de YHVH, como lo mostró el padre al llevar a su hijo a Yeshua, a pesar de sus dudas. La incredulidad, como la de los discípulos o los hermanos de Yeshua (Juan 7:5), surge cuando no confiamos en sus palabras ni obedecemos sus instrucciones. La fe se manifiesta en acciones, como Noé construyendo el arca o Abraham dejando su tierra, confiando en las promesas de YHVH.

La fe en las promesas de YHVH

Hebreos 11:1, 6-8

La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Sin fe es imposible agradar a YHVH. Por fe, Noé construyó el arca, y Abraham obedeció al salir sin saber a dónde iba. Ver Génesis 6:22; 12:1-4.

La fe es estar de acuerdo con lo que YHVH ha dicho y actuar según su voluntad. No es un sentimiento, sino una respuesta activa a sus promesas. Quienes creen en Yeshua como el Mesías y obedecen la Torá son adoptados como descendientes de Abraham, parte del pueblo de YHVH.

Errores en la fe

Santiago 1:2-7

Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. […] Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a YHVH, […] pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar.

La fe no es pedir cualquier cosa esperando que YHVH la conceda, sino alinear nuestras peticiones con su voluntad, revelada en la Torá. Creer en promesas humanas o en deseos personales puede llevar a engaño, pero la fe verdadera se basa en lo que YHVH ha prometido en su Palabra.

1 Juan 5:14-15

Esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

La fe y los mandamientos

Juan 14:12-15

Yeshua dijo: «El que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; […] y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré. […] Si me amáis, guardaréis mis mandamientos».

La fe en Yeshua implica seguir su ejemplo, obedeciendo los mandamientos de YHVH. Pedir en su nombre significa buscar hacer lo que él hizo, no imponer nuestros deseos. La obediencia a la Torá es la evidencia de nuestra fe.

Promesas de YHVH

Mateo 28:19-20

Id, y haced discípulos a todas las naciones, […] enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días.

Juan 8:31-32

Si permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

2 Corintios 5:17

Si alguno está en el Mesías, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Filipenses 4:9

Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

Estas promesas aseguran que, al seguir a Yeshua y obedecer la Torá, YHVH estará con nosotros, nos liberará, renovará nuestra identidad y nos dará su paz.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo demuestran Josué y Caleb la fe en Números 13:30-31, y qué podemos aprender de su ejemplo?
  • ¿Qué significa «creo; ayuda mi incredulidad» en Marcos 9:17-27, y cómo se aplica a nuestra vida?
  • ¿Por qué la obediencia a los mandamientos de YHVH es evidencia de la fe? Ver Juan 14:15.
  • ¿Cómo nos protege conocer la voluntad de YHVH, revelada en la Torá, de errores en la fe? Ver Santiago 1:2-7.
  • ¿Qué promesas de YHVH te inspiran a vivir con fe y obediencia? Ver Mateo 28:19-20.

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La Conversión

Introducción

Hechos 3:19-20

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Yeshua, el Mesías designado para vosotros.

La conversión es el proceso transformador que comienza cuando creemos en las buenas nuevas del perdón a través de Yeshua y nos arrepentimos de nuestra desobediencia. Es un compromiso de toda la vida para alejarnos del pecado y alinear nuestras acciones con los mandamientos de YHVH, volviéndonos hijos obedientes del Padre Celestial.

El llamado a la conversión

Hechos 3:18-26

Pedro, hablando a los judíos en el templo, dijo: «El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob […] ha glorificado a su Hijo Yeshua. […] Moisés dijo: ‘El Señor vuestro Dios os levantará profeta […]; a él oiréis’. […] A vosotros primeramente, Dios […] lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad».

Pedro predicó a los descendientes de Abraham, conocedores de la Torá, pero necesitados de conversión. Este llamado, anunciado por los profetas, invita a todos, judíos y gentiles, a apartarse de la desobediencia para recibir las bendiciones de YHVH. Ver Romanos 4:25.

El significado de convertirse

Ezequiel 18:30-32

«Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. […] ¿Por qué moriréis, casa de Israel? […] convertíos, pues, y viviréis».

Convertirse (hebreo shub, 7725) significa volverse, alejarse del pecado, definido como la infracción de la Torá (1 Juan 3:4-5). Yeshua pagó la deuda de nuestras transgresiones, no para anular la Torá, sino para reconciliarnos con YHVH, permitiéndonos vivir en obediencia. La conversión es dejar la rebeldía y abrazar los mandamientos de YHVH.

La conversión de los gentiles

Jonás 3:7-9

En Nínive, un pueblo gentil, el rey proclamó: «Conviértase cada uno de su mal camino […]. ¿Quién sabe si […] Dios se apartará del ardor de su ira?». Los ninivitas, extranjeros, respondieron al llamado de Jonás, arrepintiéndose y convirtiéndose.

Hechos 10:1-28

Cornelio, un centurión romano, temía a YHVH y oraba constantemente. A través de una visión, YHVH mostró a Pedro que no debe considerar impuro a ningún hombre. Pedro entendió que las buenas nuevas del perdón a través de Yeshua son para todos, judíos y gentiles, que se arrepientan y se conviertan. Ver Hechos 10:44-45; 11:20-21.

Conversión, no religión

La conversión no es adoptar una religión, como el judaísmo o el cristianismo, ni cumplir rituales como repetir oraciones o pasar por ceremonias. La Biblia no llama a afiliarse a un sistema religioso, sino a apartarse de la desobediencia a la Torá y obedecer los mandamientos de YHVH. Yeshua y sus discípulos predicaron este mensaje, primero a Israel y luego a los gentiles, sin exigir que se convirtieran en judíos o cristianos, sino en hijos obedientes de YHVH.

La conversión en la parábola del hijo pródigo

Lucas 15:17-20

«Volviendo en sí, [el hijo pródigo] dijo: […] Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. […] Y levantándose, vino a su padre». El padre, movido a misericordia, lo recibió con amor.

La conversión es como el regreso del hijo pródigo: reconocer el pecado, arrepentirse y volver al Padre Celestial, comprometiéndose a vivir en obediencia. Este acto desata la misericordia de YHVH, restaurándonos como sus hijos.

El proceso de conversión

Joel 2:12-13

«Convertíos a mí con todo vuestro corazón, […] y convertíos a YHVH vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia».

La conversión es un proceso continuo, ya sea para quienes desconocían la Torá (como los gentiles) o para quienes, conociéndola, se apartaron (como el hijo pródigo). Implica conocer los mandamientos de YHVH, reconocer nuestras faltas, pedir perdón y decidir obedecer, transformándonos en hijos que reflejan su amor y gratitud.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo describe Hechos 3:19-20 la relación entre arrepentimiento, conversión y el perdón de los pecados?
  • ¿Qué enseña Ezequiel 18:30-32 sobre el propósito de la conversión?
  • ¿Por qué el llamado a la conversión se extiende tanto a judíos como a gentiles? Ver Hechos 10:34-35.
  • ¿Cómo ilustra la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:17-20) el proceso de conversión?
  • ¿De qué manera la obediencia a los mandamientos de YHVH refleja una conversión genuina? Ver Joel 2:12-13.

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Practicando la Obediencia

Introducción

En este estudio exploramos la renovación de nuestra identidad como personas creadas por Dios. Esta transformación ocurre al dejar la desobediencia a las instrucciones de Dios y buscar conocer y guardar Su Palabra, acercándonos cada vez más al propósito original de nuestra creación.

La distorsión de la identidad

Génesis 1:26-27

Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, con la capacidad de ejercer autoridad sobre la creación y tomar decisiones. Sin embargo, cada persona enfrenta una prueba: decidir si sus acciones se alinearán con el propósito del Creador o irán en contra de Sus instrucciones. En este proceso interviene Satanás, el adversario, cuyo objetivo es tentar y desviar a las personas de la voluntad de YHVH.

Génesis 3:4-5

La serpiente engañó a la humanidad, prometiendo un conocimiento que desafía la autoridad de Dios. Este engaño lleva a la desobediencia, distorsionando la identidad original y alejándonos de la comunión con YHVH.

Yeshua: La restauración de la identidad

Juan 10:7-11

Yeshua se presenta como la puerta hacia la salvación, deshaciendo el engaño de Satanás. A través de Él, somos reconciliados con Dios, iniciando la restauración de nuestra identidad. Yeshua nos muestra el camino para vivir según la voluntad divina, que es buena, agradable y perfecta. Sin embargo, el adversario continúa buscando tentarnos para caer nuevamente en la desobediencia, lo que puede interrumpir nuestra comunión con Dios y traer consecuencias espirituales.

Ezequiel 18:26-32

Cuando el justo se aparta de la justicia, enfrenta las consecuencias de su iniquidad. Pero si el impío se arrepiente y vive conforme a la justicia, hallará vida. YHVH no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva.

Este pasaje subraya que el adversario no puede robar la salvación, pero nuestras decisiones de desobediencia pueden alejarnos de Dios.

El proceso de la obediencia

Éxodo 34:6-7

YHVH es misericordioso y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado cuando hay arrepentimiento genuino.

La guía etimológica nos ayuda a entender estos términos:

  • Iniquidad (5771. avón): Desobediencia intencional a las instrucciones de Dios.
  • Rebelión (6588. pésha): Oposición deliberada a la Palabra de Dios.
  • Pecado (2403. kjattaá): Desobediencia por descuido o apatía.

El perdón de Dios no depende de la perfección, sino de un corazón dispuesto a obedecer y corregirse continuamente.

Josué 1:7-8

La obediencia requiere esfuerzo y perseverancia. Meditar en la Torá día y noche, y practicar sus mandamientos, asegura el éxito en el camino de Dios. La práctica constante transforma nuestra vida, como un músico que perfecciona su arte con paciencia.

Jeremías 8:4-7

YHVH reclama a Su pueblo por su falta de conocimiento de Sus leyes y su ausencia de arrepentimiento. La obediencia no exige perfección, sino un compromiso continuo de conocer y practicar la Torá.

Oseas 4:6-8

La falta de conocimiento de la Ley de Dios lleva a la destrucción. Conocer y practicar Sus mandamientos es esencial para vivir conforme a Su voluntad.

Romanos 8:1-8

En Yeshua, no hay condenación para quienes viven conforme al Espíritu. La Ley del Espíritu de vida nos libera del pecado y nos capacita para obedecer la Torá, produciendo vida y paz. Seguir los deseos de la carne lleva a la muerte, pero vivir conforme al Espíritu agrada a Dios.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Cómo refleja Génesis 1:26-27 el propósito original de Dios para la humanidad? Ver Génesis 1:26-27.
  • ¿De qué manera el engaño de Satanás en Génesis 3:4-5 distorsiona nuestra identidad? Ver Génesis 3:4-5.
  • ¿Cómo nos ayuda Yeshua a restaurar nuestra comunión con Dios según Juan 10:7-11? Ver Juan 10:7-11.
  • ¿Qué papel juega el arrepentimiento en el proceso de conversión según Ezequiel 18:26-32? Ver Ezequiel 18:26-32.
  • ¿Cómo podemos practicar la obediencia a la Torá en nuestra vida diaria? Ver Josué 1:7-8.

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Lavamientos

Introducción

Los primeros discípulos de Yeshua se preguntaban: «¿Por dónde empezamos?». Esta pregunta guía nuestro estudio sobre los lavamientos, una práctica que refleja el arrepentimiento y la purificación, conectada con la enseñanza de la Torá y el ejemplo de Yeshua. A continuación, exploramos su significado y su lugar en el proceso de conversión.

Fundamentos de la fe

Hebreos 6:1-2

Las enseñanzas elementales incluyen el arrepentimiento de obras muertas, la fe en Dios, los lavamientos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. Los lavamientos, o inmersiones, están vinculados a la fe, la conversión y la práctica de la obediencia, siendo una señal externa de un cambio espiritual interno.

El significado de los lavamientos

Génesis 37:31

La túnica de José fue teñida con sangre, simbolizando un acto intencional. La palabra hebrea tabál (2881) significa sumergir, hundir o mojar, representando un acto físico que refleja un cambio espiritual.

Éxodo 12:22

En la Pascua, la sangre untada en los dinteles con hisopo simbolizaba protección y obediencia a Dios. Este acto de tabál conecta con la purificación y el compromiso con YHVH.

2 Reyes 5:14

Naamán se zambulló siete veces en el Jordán, quedando limpio. Este acto de inmersión simboliza la purificación física y espiritual tras la obediencia a la palabra de Dios.

Mateo 3:4-11

Yohanan el Inmersor bautizaba en el Jordán para el arrepentimiento, llamando a los fariseos y saduceos a producir frutos dignos de conversión. La palabra griega baptízo (907) significa sumergir completamente, reflejando un compromiso total con el arrepentimiento. Yohanan anunciaba que Yeshua bautizaría con el Espíritu Santo y fuego, señalando una purificación más profunda.

Juan 11:55

Antes de la Pascua, los judíos se purificaban mediante inmersiones, mostrando que el lavamiento era una práctica común para preparar el cuerpo y el corazón para acercarse a Dios.

Inmersión en Yeshua

Marcos 16:15-16

Yeshua instruyó a Sus discípulos a predicar el evangelio y bautizar a quienes creyeran. La inmersión (t’vilah) es una señal de identificación con la enseñanza y el ejemplo del Mesías, marcando el inicio de una vida como discípulo.

Hechos 19:2-6

Pablo enseñó que el bautismo de Yohanan era para el arrepentimiento, pero la inmersión en Yeshua implica recibir el Espíritu Santo. Los discípulos fueron bautizados en Yeshua, y al imponerles las manos, recibieron el Ruaj HaKodesh, manifestando dones espirituales.

Romanos 6:3-4

Ser bautizados en Yeshua significa participar en Su muerte y resurrección, iniciando una vida nueva. Esta inmersión simboliza nuestra unión con Él, dejando atrás el pecado y abrazando la obediencia.

1 Corintios 10:2

Los israelitas fueron «bautizados» en Moisés en la nube y el mar, sumergidos en su liderazgo y la Torá. De manera similar, ser bautizados en Yeshua (Gálatas 3:27) significa revestirnos de Él, adoptando Su enseñanza y propósito.

Hechos 10:47-48

Cornelio y los gentiles recibieron el Espíritu Santo antes de ser bautizados, mostrando que el arrepentimiento y la fe preceden a la inmersión. Pedro ordenó su bautismo como una señal de su nueva identidad en Yeshua.

Hechos 8:35-38

El eunuco, al creer en Yeshua, fue bautizado inmediatamente. Esto muestra que la inmersión ocurre cuando una persona decide seguir a Yeshua como discípulo, marcando un compromiso público.

Requisitos para los nuevos creyentes

Hechos 15:19-21

Jacobo decidió que los gentiles convertidos debían apartarse de cuatro pecados graves para unirse a la comunidad: idolatría, fornicación, comer animales ahogados y consumir sangre. Estas prácticas contaminan el cuerpo, el templo del Espíritu Santo, y deben abandonarse para vivir como discípulos de Yeshua.
  • Idolatría: Venerar imágenes, objetos o cualquier cosa que sustituya a YHVH (ver Éxodo 20:3-6; 1 Corintios 8:4-13).
  • Fornicación: Relaciones sexuales fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer (ver Génesis 2:24; 1 Corintios 6:18-20).
  • Comer ahogado y sangre: Consumir sangre o carne de animales no desangrados, asociado con rituales paganos (ver Levítico 17:10-12; Deuteronomio 12:23-25).

Estos mandamientos son el punto de partida para los nuevos creyentes, quienes aprenderán el resto de la Torá cada Shabat en la comunidad.

Reflexión

Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:

  • ¿Qué simboliza la inmersión según Génesis 37:31 y Éxodo 12:22? Ver Génesis 37:31; Éxodo 12:22.
  • ¿Cómo conecta el bautismo de Yohanan con el arrepentimiento y la purificación? Ver Mateo 3:4-11.
  • ¿Qué significa ser bautizado «en Yeshua» según Romanos 6:3-4? Ver Romanos 6:3-4.
  • ¿Por qué es importante apartarse de los pecados mencionados en Hechos 15:19-21 para los nuevos creyentes? Ver Hechos 15:19-21.
  • ¿Cómo puede la práctica de la inmersión fortalecer tu compromiso como discípulo de Yeshua? Ver Marcos 16:15-16.

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