por P. Andrés Zúñiga Peregirna
Introducción
Este pasaje nos muestra a Yeshua multiplicando panes y peces, caminando sobre el agua, sanando a través de la fe activa de las personas y confrontando la hipocresía farisaica. Cada evento refleja la continuidad de la Torá, renovada en el Mesías, y nos invita a volver a vivir según las instrucciones de YHVH con corazones abiertos, libres de tradiciones humanas que desvían de su verdad.
- Los milagros de Yeshua reflejan el cumplimiento de las promesas de la Torá, como el maná en el desierto (Éxodo 16:14-18).
- La fe activa al tocar los tzit-tzit conecta con el arrepentimiento ordenado en Deuteronomio 30:1-2.
Desarrollo
Este pasaje conecta los milagros de Yeshua con la Torá, mostrando su autoridad divina y la necesidad de un corazón puro frente a tradiciones humanas.
¿Cómo se relaciona la multiplicación de los panes con la Torá?
Los cinco panes representan la Torá, y los dos peces las tablas del testimonio, evocando el maná y la provisión divina (Éxodo 16:14-18).
¿Qué enseña la confrontación de Yeshua a los fariseos?
Yeshua critica la hipocresía que prioriza tradiciones humanas sobre los mandatos de YHVH, como el uso indebido del corbán frente a Éxodo 20:12.
Ver Isaías 29:13
Comentario
Marcos 6:35-44
Yeshua multiplica cinco panes y dos peces para alimentar a cinco mil, un acto poderoso que evoca el maná en el desierto (Éxodo 16:14-18). Los cinco panes representan la Torá, conocida como Jumésh, del hebreo jamésh (2568, cinco), y los dos peces aluden a las dos tablas del testimonio (Éxodo 31:18). Sobraron doce cestas, símbolo de las doce tribus de Israel, conectadas al número shenáyim (8147, dos), que se relaciona con el testimonio en la Torá. Ver Números 35:30, donde el testimonio requiere dos testigos para establecer verdad.
Con orden, en grupos, Yeshua sació a todos, como el maná que sustentó a Israel sin dejar a nadie con hambre. Los doscientos denarios mencionados (verso 37), equivalentes a doscientos salarios diarios, subrayan la magnitud de la provisión divina frente a la insuficiencia humana. Este milagro no solo satisface necesidades físicas, sino que apunta al cumplimiento de las promesas de la Torá en Yeshua, el Pan de Vida (Deuteronomio 8:3).
Ver Deuteronomio 8:3
Marcos 6:45-52
Tras alimentar a la multitud, Yeshua se retira a orar, un acto que conecta la Palabra con la oración, como el pan y el incienso en el Tabernáculo (Levítico 24:5-9). La oración es alimento para el alma, fortaleciendo cuerpo y espíritu. Mientras, los discípulos reman contra corriente en el mar, enfrentando oposición. Yeshua los ve en la cuarta vigilia (3-6 a.m.), un tiempo espiritualmente activo, y los deja esforzarse por un momento, permitiéndoles crecer en fe. Luego camina sobre el agua, mostrando su autoridad divina, capaz de multiplicar alimentos, calmar tempestades y superar lo imposible.
Los discípulos están asimilando lo divino en Yeshua, un proceso que los lleva a aceptar que Él es más que un maestro: es el Mesías profetizado en Isaías 43:2, quien guía a través de las aguas. Ver Salmos 107:23-30, donde YHVH calma las tormentas, un eco glorioso de su poder manifestado en Yeshua.
Ver Salmos 107:23-30
Marcos 6:53-56
En Genesaret, al oeste del Mar de Galilea, la gente reconoce a Yeshua y acude a Él sin necesidad de redes sociales, movida por la fe. Al tocar el borde de su manto —los tzit-tzit, franjas ordenadas en Números 15:37-40—, son sanados, como la mujer con flujo de sangre (Marcos 5:25-34). Tzit-tzit, del hebreo (6734, franja), es una señal visible del pacto de obediencia a la Torá, no una tradición de Judá. Tocarlos refleja una convicción activa: buscar a YHVH con arrepentimiento y acción, no mera creencia en Yeshua como “hijo del carpintero”, sino como el Mesías.
Zacarías 8:23 profetiza que diez hombres de las naciones tomarán el manto de un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros. Esto se cumple en Marcos 6:56, donde las ovejas perdidas de Israel y las naciones buscan a Yeshua, tocando sus tzit-tzit para volver a la obediencia a YHVH. La sanidad no está en el manto, sino en el corazón que se convierte-volvió a Dios, como en Deuteronomio 30:1-2.
Marcos 7:1-13
Los fariseos y escribas critican a los discípulos por no practicar el n’tilat-yadayim, un lavamiento ritual de manos según la tradición de los ancianos, parte de la Ley Oral (luego codificada en la Mishná y el Talmud). Este rito, no ordenado por la Torá, busca purificar al hombre como sacerdote de su hogar antes de ofrecer alimento como sacrificio. Yeshua no condena la tradición en sí, sino la hipocresía que la eleva por encima de los mandatos de YHVH, citando Isaías 29:13: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres.
Un ejemplo es el corbán (ofrenda voluntaria), usado para evadir la responsabilidad de honrar a los padres, contradiciendo Éxodo 20:12. Yeshua señala esta idolatría: sustituir la Palabra de Dios por preceptos humanos, como el becerro de oro (Éxodo 32:1-6). Ver 1 Timoteo 5:3-8, donde Pablo advierte que no proveer para los suyos es negar la fe, reforzando la Torá como fundamento moral.
Ver Isaías 29:13
Marcos 7:14-23
Yeshua aborda la impureza ritual según la tradición, no la higiene. Al decir que lo que entra por la boca no contamina, sino lo que sale del corazón (versos 18-19), se refiere a alimentos considerados puros según la Torá (Levítico 11:1-47; Deuteronomio 14:3-21). Sacar esta frase de contexto para justificar comer cualquier cosa tuerce la Escritura. Pedro, en Hechos 10:14, confirma esto al rechazar alimentos impuros en su visión, sin citar a Yeshua para comer libremente.
La impureza que Yeshua señala no se quita con agua, pues nace del corazón: pensamientos perversos, fornicaciones, robos, homicidios (verso 21). Confronta a los fariseos porque su enfoque en rituales externos ignora la verdadera pureza que exige la Torá, un corazón vuelto a YHVH (Ezequiel 18:30-32). Ver Salmos 51:10, donde David pide un corazón limpio, un eco de la enseñanza de Yeshua que conecta la Torá con el arrepentimiento.
Ver Salmos 51:10
Reflexión
Responde las siguientes preguntas, citando los versículos correspondientes:
- ¿Cómo refleja la multiplicación de los panes y peces en Marcos 6:35-44 las promesas de provisión en la Torá? ¿Qué te enseña esto sobre confiar en YHVH?
- En Marcos 6:45-52, ¿por qué permite Yeshua que sus discípulos enfrenten oposición antes de intervenir? Ver Salmos 107:23-30 para reflexionar sobre su poder en tus tormentas.
- ¿Qué significa tocar los tzit-tzit de Yeshua en Marcos 6:53-56, y cómo se relaciona con el llamado al arrepentimiento en Deuteronomio 30:1-2? ¿Qué acción de fe necesitas tomar hoy?
- En Marcos 7:1-13, ¿cómo distingue Yeshua entre la tradición humana y los mandatos de YHVH? Reflexiona sobre una tradición que podrías estar priorizando sobre la Palabra.
- ¿Qué enseña Marcos 7:14-23 sobre la verdadera pureza según la Torá? ¿Cómo puedes cultivar un corazón limpio, como en Salmos 51:10, en tu vida diaria?