Digo Yo Pablo, Sobre Política y la Fe

Digo Yo Pablo,

Que puedo comentar sobre temas de política en mi país porque soy ciudadano Mexicano. A cualquiera que me diga que no puedo hacerlo puedo mostrarle mi acta de nacimiento y cartilla militar. Tengo todo el derecho a comentar y opinar sobre los asuntos de mi país siendo creyente en la Biblia porque soy ciudadano de este país así como Pablo el apóstol era ciudadano romano siendo judío. También por está razón me abstengo de opinar sobre las acciones de otras naciones o sus gobernantes, no porque no tenga una opinión al respecto.
Si alguien de está gran familia llamada México me dice que mis ideas y convicciones “no caben en mi país” y me dice que “mejor me vaya a otro lado”, puedo decirle que tengo tanto derecho a opinar y vivir aquí como cualquier otro ciudadano y se me debe respetar y tomar en cuenta por las autoridades y quien preside nuestro gobierno. De hecho, puedo opinar con mayor integridad y sin conflicto de interés que quien recibe beneficios, ayudas o un sueldo del estado o sus instituciones.

Entiendo que los gobiernos de este mundo y el reino de quien creó todo lo que existe son entidades separadas y completamente distintas y en constante riesgo de entrar en conflicto cuando no se respetan sus límites, en el caso del Creador límites auto-impuestos. El Creador dio el derecho al hombre a la autodeterminación que comúnmente llamamos libre albedrío aunque Él a Su tiempo pedirá cuentas a cada persona de como ha usado ese derecho. 

Contraste

— Los gobiernos terrenales son establecidos por personas, algunos libremente, otros democráticamente y otros por la fuerza, pero a final de cuentas todos son temporales. Como maestro y estudioso asiduo de la historia puedo decirte que sus líderes van y vienen. Con un simple vistazo superficial a la historia reciente se puede ver que no hay gobierno o régimen que permanezca para siempre. 

— El modo en que los gobiernos son establecidos puede variar, el objetivo y postura de cada gobierno también puede ser diferente o cambiar con el tiempo. Las políticas y formas de gobernar son muchas. La integridad y honestidad de los líderes que gobiernan también es muy variable y sus verdaderas intenciones son conocidas por lo general hasta siglos después aunque también la historia depende de quienes la cuentan. 

Pero la constante, lo que no cambia, es que la duración de estos gobiernos, regímenes o monarquías es temporal, su enfoque es temporal, su visión y forma de llevarla a cabo también cambia con el tiempo. Las personas mismas tienen un tiempo de vida limitado por lo que el liderazgo cambia constantemente. Aun así, sus metas y métodos se repiten continuamente. Es debido a la falta de memoria que repetimos los mismos errores y condiciones del pasado una y otra vez.

Uno de los hombres más sabios de la historia dijo:

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. 11 No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después. 

Eclesiastés 1:9-11

— En cambio el gobierno del Creador es Eterno. Él nunca cambia, nunca dejará de ser. Sus puntos de vista, metas, su deseo para la humanidad, la forma en que lleva a cabo su propósito, quien Él Es y Será nunca cambiarán. Hay certeza en sus intenciones, transparencia en sus motivos y Su intención para sus gobernados quienes son ciudadanos del mundo que Él creó no cambia. Su amor, propósito y preceptos para el pueblo que Él llama suyo no cambian.

Yo Pablo, he decidido servir a este Soberano Eterno y ser parte de Su pueblo. He decidido enfocarme en Su reino, el cual es eterno e invariable, cuyas metas y propósitos son completamente distintos a los de los gobiernos terrenales que son temporales, cambiantes, cuyas metas y propósitos también son temporales.

En la práctica

¿Cómo se ve eso en la práctica, en la vida diaria de alguien que como yo sirve al Gobernante Creador del universo y lo que hay en el? Uno de los principales problemas o causantes de problemas entre los creyentes es precisamente no entender como vivir su vida como ciudadanos del reino celestial y también ciudadanos de una nación terrenal.
Entendamos primero: Nuestra ciudadanía celestial no debería estar en conflicto con la ciudadanía terrenal, aunque puede estarlo y sucede a menudo más no debido al Eterno.
Nuestra fidelidad al Gobernante de los cielos no tiene por que ser opuesta a nuestra obediencia al gobierno terrenal, de ahí que el apóstol-shaliaj Pablo escribe que nos sometamos a las autoridades y hagamos el bien (Rom. 13, Tito 3)

A MENOS QUE el gobierno terrenal decida oponerse al gobernante celestial pues entonces estaremos en una situación de conflicto inevitable como les sucedió a aquellas parteras que recibieron orden del gobernante de ejecutar a los recién nacidos, muy similar al caso del aborto en nuestros días. Ellas desobedecieron esa orden (Ex.1:17) a riesgo de sus vidas y fueron bendecidas por Di-s por sus acciones. 

Los gobernantes en la historia de la humanidad que abiertamente han desafiado o se han opuesto a las leyes y regulaciones del Creador eventualmente buscan separar, perseguir y erradicar de sus naciones a quienes sirven a este Rey. Esto es un hecho histórico. Basta con darle un vistazo a la historia de nuestros hermanos judíos para darse cuenta. Sin embargo los gobiernos terrenales no pueden usar como pretexto que los que ponen su ciudadanía y fidelidad en el reino de los cielos no participan en el desarrollo de la nación o que no son buenos ciudadanos.  Aún así, la desobediencia civil de los creyentes por mantener su obediencia a los preceptos de Di-s ha sido un pretexto usado muchísimas veces en el pasado para crear odio y resentimiento contra los creyentes que practican la Biblia, señalándoles de retrógradas, conservadores, fanáticos, etc..

Se les acusa después de boicotear el progreso de los pueblos y tramar su destrucción justificando así su exclusión, la muy conveniente expropiación de sus bienes, expulsión y/o persecución. Para ejemplo ver la historia de la Inquisición o el Holocausto. 

Seamos claros, el conflicto de quienes son fieles al Creador no es necesariamente con su nación terrenal sino contra quienes se oponen a su derecho a decidir como vivir su vida de tal manera que puedan obedecer al Creador, para ejemplo: Quienes les prohiben observar el día o la forma de culto establecido en la Biblia desde hace miles de años, quienes les prohiben observar las regulaciones en cuanto a hábitos y costumbres familiares establecidos en la Biblia, quienes les prohiben o restringen el instruir a sus hijos en el respeto y obediencia a los preceptos bíblicos o quienes les prohiben compartir su fe libremente a quienes desean conocerla. ¡Esto no es nuevo! Lo hicieron los Egipcios, Babilonios, Medos, Persas, Seléucidas, Griegos, Romanos, y la lista sigue hasta el día de hoy. Cuando se ha dado esa situación es que entonces se produce un conflicto inevitable.

El creyente está llamado a ser un buen ciudadano de su nación terrenal mientras sus autoridades o instituciones no le obliguen a renunciar, desobedecer, contravenir u oponerse al gobierno de Su Soberano Celestial y sus preceptos como le sucedió por ejemplo al profeta Daniel y sus compañeros y sucedió también a Pedro y los discípulos de Yeshua:

Nuestro Di-s, a quien adoramos, puede librarnos de las llamas del horno y de todo el mal que Su Majestad quiere hacernos, y nos librará. 18 Pero, aun si no lo hiciera, sepa bien Su Majestad que no adoraremos a sus dioses ni nos arrodillaremos ante la estatua de oro.Daniel 3:17-18 (DHH)

Al llegar, los llevaron ante la Junta Suprema, y el sumo sacerdote les dijo: 28 –Nosotros les habíamos prohibido terminantemente que enseñaran nada relacionado con ese hombre. ¿Y qué han hecho ustedes? Han llenado toda Jerusalén con esas enseñanzas, y encima quieren echarnos la culpa de la muerte de ese hombre. 29 Pedro y los demás apóstoles contestaron: –Es nuestro deber obedecer a Di-s antes que a los hombres.  –Hechos 5:27-29 (DHH)

Está fidelidad al reino de los cielos antes que al gobierno civil es lo que muchos gobiernos terrenales del pasado y presente no toleran. En el momento en que un gobierno terrenal te obliga o ejerce presión a ti creyente en el Di-s de la Biblia, para que desobedezcas a tu Soberano Celestial o te niega la libertad para obedecer Sus preceptos, en ese momento tienes un motivo legítimo para respetuosamente negarte a obedecer a ese gobierno civil y en cambio obedecer a tu Soberano Celestial. SIEMPRE estará primero nuestra fidelidad al reino de los cielos y a la Biblia que es y será la constitución eterna del Soberano del Universo aún si es a costo de nuestra libertad o incluso la vida. Que no haya la más mínima duda de ello.

Entonces, ¿la Biblia debe regir la vida de toda persona en nuestra nación? ¿Quiere decir que se debe imponer los preceptos bíblicos a todos? No ahora y no nos corresponde hacerlo.

Digo Yo Pablo, de acuerdo a mi entendimiento de las Escrituras, que no es nuestro deber imponer los preceptos bíblicos a nadie. Ni ciudadanos celestiales ni pueblos de la tierra. Está claro que no todos los ciudadanos de está nación en la que vivo son ciudadanos del reino de los cielos por razones diversas, aunque cualquiera puede decidir serlo y proceder a convertirse en un ciudadano de los cielos si así lo desea y en ese caso estamos para facilitarle todo el proceso pero esto debe ser una decisión voluntaria. 
Por otro lado ningún gobierno o autoridad terrenal tiene el derecho a negar la libertad dada por el Creador a toda persona para conocerle y hacerse ciudadano de Su reino. Obviamente esto se ha visto en muchas naciones a lo largo de la historia para mantener el control y dominio sobre la gente negándoles el derecho básico a las personas de auto-determinar su futuro, para ejemplo reciente ver historia del régimen comunista. Hay derechos básicos dados por el Creador a toda persona sean parte de Su pueblo o no como el derecho a auto-determinar su futuro aunque junto con ese derecho va el hacernos responsables por las consecuencias inmediatas y eternas de nuestras desiciones.

Digo Yo Pablo, que el gobierno terrenal debería ser un órgano administrativo de los recursos terrenales, responsabilidades, deberes y la gestión de los mismos, asegurar que se haga justicia y se haga responsable a cada ciudadano por sus acciones cuando se vulneran los derechos de los demás. 

Digo Yo Pablo, que el gobierno civil debería abstenerse de opinar o querer dirigir la vida moral, religiosa y familiar de sus ciudadanos. Debería garantizar los derechos básicos de sus ciudadanos para vivir y poder convivir en paz sin imponer una carga ideológica, filosófica o moral sobre ellos pues esto no le compete y solo pondrá a unos ciudadanos en contra de otros inclinando parcialmente la balanza a favor de quienes estén de acuerdo con el gobierno en turno.  Este camino solo lleva a la confrontación y conflicto, esto también se aprende viendo la historia.

Un gobierno secular terrenal que trata de influir en temas de fe, moral y formas de llevar a cabo la vida diaria de sus ciudadanos está en violación de sus atribuciones y está fuera del ámbito secular que le compete tanto como cuando una persona dedicada a edificar el reino celestial quiere influir en el ámbito secular. El romper estos límites sea de uno u otro lado siempre es causa de conflicto.

En la Biblia esto fue motivo de problemas:

— Había sacerdotes y todo el cuerpo de servicio ministerial encargados de mantener una buena relación entre el pueblo y Su Di-s. Estaban encargados de enseñar y exhortar a guardar los preceptos del Creador, encargados de tratar todo asunto de índole moral y de enseñar a la gente los preceptos de su Soberano Eterno.

— Había también reyes, jueces y oficiales, encargados de ver que se respetaran las leyes y observaran los preceptos, responsables de juzgar al pueblo con justicia, debían atender las disputas y asuntos civiles. Debían proteger a la gente y atender la administración de recursos asegurando que hubiera lo necesario para la supervivencia de todos. Debían ocuparse de esto y asegurar la convivencia civil en paz: No ocuparse en promover conflictos y divisiones entre el pueblo.

— Cuando las autoridades civiles querían llevar a cabo labores reservadas para los sacerdotes había problemas, para ejemplo ver historia del rey Saúl o Uzías.

— Cuando las autoridades civiles influían y llevaban al pueblo a desobedecer o violar los preceptos del Creador o querían cambiar lo que es social y moralmente aceptable para el pueblo había problemas, para ejemplo ver los libros de Reyes.

— Cuando los sacerdotes o cuerpo ministerial se involucraban en asuntos para apoyar agendas políticas había problemas, para ejemplo ver historia del sacerdote Abiatar o los profetas del rey Acab.

— Cuando los sacerdotes y levitas dejaban su labor y responsabilidades para buscar tener poder o influencia social entonces había tremendos problemas y corrupción, ver libros de Reyes, Nehemías o más recientemente las guerras y conquistas en nombre de la fe.

Hoy sin embargo no vivimos en una nación que esté sometida a Di-s ni en principio ni mucho menos en la práctica. Vivimos en un mundo secular en donde cada pueblo hace lo que mejor le parece. Quienes por la fe hemos decidido ser ciudadanos del reino de los cielos estamos en una lucha constante buscando mantener un equilibrio muy complicado entre nuestra fidelidad al Creador y el respeto a los gobiernos civiles.

Nuestra vida como creyentes hoy es más parecida a la de los creyentes, judíos o extranjeros, en el primer siglo. Estamos bajo una autoridad secular que poco interés tiene en conocer, observar y respetar los preceptos del Creador salvo que le sea de utilidad para su agenda política. Entonces recurren a las autoridades de la fe buscando manipularles como a piezas de un tablero.

Quienes presiden los gobiernos en mayor o menor medida buscan mantenerse a si mismos y a quienes les apoyan en el poder. Navegan con bandera blanca para con los fieles al Di-s de la Biblia o incluso buscan su apoyo cuando les es conveniente y se olvidan de sus dichos y compromisos tan pronto dejan de ser de utilidad a sus planes.

Esto es exactamente lo que sucedía en el 1er siglo y Yeshua lo denunció públicamente, tanto a los soberanos terrenales que buscaban desviar al pueblo de la obediencia al Eterno como a los líderes de la fe que torcían los preceptos para beneficio personal o para complacer a las autoridades de quienes dependía su posición (Lu 13:31-32) puesto que era Roma quien designaba a los sacerdotes y decidía cuando cambiarlos. 

Hoy simplemente estoy siguiendo los pasos de mi Maestro. En este sentido, cuando vea engaño, hipocresía, un intento por desviar al pueblo del amor y obediencia a Di-s, venga de donde venga, voy a señalar Su verdad, Su Palabra y Su instrucción al respecto porque, “Es nuestro deber obedecer a Di-s antes que a los hombres”.

Digo Yo Pablo, ¿Podría un ciudadano creyente participar en un gobierno terrenal así? Suponiendo que hay una dirección de parte del Eterno confirmada por sus autoridades en la fe, un testimonio intachable de la persona con los de la comunidad así como con los de fuera, y que la persona no tiene como vocación servir en ninguna función sacerdotal o ministerial ni va a ocuparse de promover el reino de los cielos, tal vez podría participar en funciones de autoridad civil. Aun así, esto ya supone algo muy difícil en principio pues o ponemos la mira en las cosas eternas o en las terrenales y dijo Yeshua, “Mi reino no es de este mundo”.

Como ya comenté, dentro del pueblo del Eterno las funciones sacerdotales y civiles estaban bien separadas, bien definidas y bien delimitadas. No se puede servir a dos señores, no se puede procurar lo eterno y lo temporal a la vez. Hay un conflicto de interés implícito: Servir y complacer a los hombres o servir y complacer a Dios lo cual es diametralmente opuesto para un rabí, roe, pastor, sacerdote, apóstol, obispo, diácono o cualquier otro título que guste ostentar.

En la Biblia hay profetas que servían a Di-s que fueron dirigidos a dar mensajes a otros pueblos y sus líderes como Jonás en Nínive, aunque por lo general los mensajes eran de advertencia o amonestación y a gran costo personal como con Daniel y los jóvenes judíos cautivos en Babilonia. 

Por cierto, el caso de Daniel y sus compañeros es algo totalmente distinto al de Jonás, pues fueron llevados cautivos y convertidos en eunucos de reyes extranjeros, no fue algo voluntario o que ellos buscaran. Aún así se mantuvieron fieles primero al Di-s Eterno y después obedientes a sus autoridades terrenales. Cuando entraban en conflicto con esas autoridades por motivo de su obediencia a los preceptos de Di-s no hacían concesiones para salir librados, su fidelidad estaba siempre primero al Eterno no solo a riesgo de perder su influencia sino incluso a riesgo de perder su vida. ¡No creo que haya muchas personas buscando influir en el ámbito terrenal que estén dispuestas a hacer lo mismo hoy!

Más bien veo a menudo creyentes deseando un lugar de influencia terrenal que están dispuestos a sacrificar su fidelidad a los preceptos eternos o dispuestos a hacer concesiones con tal de obtener y mantener esa posición de autoridad e influencia sobre otros. Ninguna posición de influencia o autoridad justifica el desobedecer a Di-s y eso es algo que no muchos están dispuestos a sacrificar. En ese caso dicha posición es un ídolo disfrazado no un propósito de Di-s para la vida de esa persona.

Digo Yo Pablo, que cuando se habla de creyentes en la Biblia o la historia que fueron de influencia en gobiernos terrenales generalmente se hace sin tomar en cuenta el contexto de las Escrituras, torciéndolas para justificar una conquista o por el deseo de perseguir un trono terrenal. En la Biblia a mi saber, no hay sacerdotes o levitas ejerciendo funciones fuera del pueblo de Israel, así como no los hay siendo caudillos ni empresarios, cosa que haríamos bien en recordar. 
Tampoco se ministraba a autoridades de pueblos paganos a menos que estos siendo dirigidos por Di-s acudieran a Israel buscando consejo o ayuda. José no buscó a faraón, faraón recurrió a José. Los servidores de Di-s tenían límites que no cruzaban por alcanzar a extranjeros, para ejemplo la historia de Naaman el general Sirio que fue usado por Di-s en su nación y acudió por consejo de una israelita buscando sanidad en Israel. Incluso él fue recibido por el criado del profeta Eliseo y fue sanado para testimonio a los de su nación del poder de Di-s (2 Re. 5). Así mismo vemos a soldados y centuriones romanos buscando a Yeshua y sus discípulos procurando ser salvos. No se acudía a los no creyentes con la excusa de evangelizarlos, cuando en realidad se buscaba su favor o apoyo como hizo Giezi el siervo de Eliseo y sufrió el castigo. Eran los no creyentes quienes acudían a los siervos de Di-s buscando sanidad y salvación, muy diferente.

En contraste, si hubo sacerdotes dispuestos a vender al pueblo a la idolatría, dispuestos a cambiar los preceptos establecidos por Su Di-s con tal de tener el favor de las autoridades terrenales y del pueblo y esto llevó a todos a la desgracia, al repudio de Su Soberano Celestial y al exilio del cual solo volvió la casa de Judá o reino del Sur 400 años después. No volvió la casa de Efraín o reino del norte que está en la dispersión hasta hoy. 

Digo Yo Pablo, que hoy es muy importante recordar cual fue la causa de este repudio, exilio y dispersión de la casa de Israel: 

— Una autoridad civil, reyes, dispuestos a desviar al pueblo de su obediencia a los preceptos establecidos por Su Di-os llevándolos a la idolatría, estableciendo un sacerdocio corrupto, y cambiando el lugar y los días de fiestas establecidos por Dios (1 Re. 12:32-33) con tal de mantener el control e influencia sobre el pueblo. 

— Un sacerdocio corrupto buscando complacer a los hombres y servirse a si mismo, dispuesto a sacrificar la obediencia a los preceptos eternos con tal de complacer al rey y a la gente para mantener su posición. 

— Un Israel deseoso de ser como los demás pueblos de la tierra olvidando su compromiso de amor y obediencia al Creador con tal de satisfacer sus propios deseos y ser más como sus vecinos. 

¿Nada de esto te suena familiar? Tanto ese sacerdocio como ese pueblo y sus gobernantes fueron repudiados por Di-s y están dispersos por el mundo hasta hoy. Esas autoridades, sacerdocio y pueblo son bien fáciles de identificar. Se hacen llamar pueblo de Di-s pero en la practica niegan serlo.

Digo Yo Pablo, que hoy en muchas naciones se sigue repitiendo la historia de Israel: 

— Vemos autoridades civiles apoyando o buscando el apoyo de los creyentes para su propia agenda. 

— Se sigue viendo un sacerdocio coludido con autoridades civiles de diferentes corrientes e ideologías para tener influencia y beneficios. 

— Se sigue viendo un pueblo complaciente e ignorante de las Escrituras que se deja llevar por lo que se les dice sin tomar en cuenta, como lo hicieron Yeshua y todos sus discípulos, lo que “está Escrito” en las Sagradas Escrituras.

Vivimos en un momento complicado en la historia aunque no muy diferente a lo que se vivió en el 1er siglo. Hoy, como nunca antes, debemos regresar a conocer y practicar nuestra fe como lo hicieron aquellos fieles. Te dejo con este llamado de los apóstoles-shaliajim Pablo y Pedro a poner a prueba todas las cosas y a estar preparados con las Escrituras en la defensa y razón de nuestra fe.

No apaguen el Espíritu, 20 no desprecien las profecías, 21 sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, 22 eviten toda clase de mal. 

1 Tes 5:19-22 (NVI)

Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. 16 Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en el Mesías, se avergüencen de sus calumnias. 17 Si es la voluntad de Dios, es preferible sufrir por hacer el bien que por hacer el mal.

1 Pe 3:15-17 (NVI)

Por favor ayúdame a compartir esta nota, ¡Gracias!

— Shalom, Pablo Andrés Zúñiga.

* Se usa Di-s para referirnos a Elojím por respeto a nuestros hermanos de la casa de Judá.