Creo que entre todo lo malo y doloroso que ha causado la pandemia, algo bueno que ha salido de estar en cuarentena mundialmente es que hay personas que ya entendieron que la “Iglesia” no es un edificio y no es una reunión de personas un día a la semana. Hay personas cuya fe no se ha visto afectada por no poder acudir a un templo, por el contrario, se ha fortalecido su fe y avivado su amor y búsqueda personal por Dios. De hecho a través de la historia la comunidad de creyentes muchas veces se ha visto fortalecida y multiplicada debido a la persecución y el aislamiento. Tiempos en los que por necesidad se tiene que llevar el sacerdocio al hogar y el estudio y practica la Biblia se vuelve un asunto familiar alrededor del cual gira la vida diaria.
Sin embargo también veo con tristeza que hay personas que no pueden esperar para volver a depender de un edificio, de una persona que les diga que hacer y como vivir. Ansían una reunión para volver a recibir la motivación continua de la cual depende su fe. No pueden esperar para sentirse emocionados al estar en un ambiente lleno de estímulos a los sentidos como luces, música y euforia. Anhelan volver a depender de un sacerdocio carismático de plataforma, ser motivados y animados un día a la semana, para vivir igual que todo el mundo el resto de los días.
No me mal interpretes. Espero el día que podamos congregarnos físicamente con la comunidad, animarnos, bendecirnos, adorar y estudiar juntos. Pero mi fe y mis convicciones no dependen de ello. Mi comunión con Dios, mi adoración y estudio de Su Palabra no depende de estar rodeado de otros que hacen lo mismo, aunque es una bendición poder hacerlo juntos. El orar, tener consejo y practicar lo que dice en la Biblia para mi vida no depende de tener una persona que todo el tiempo me anime y me diga que hacer.
¿Qué harían todos estos creyentes de los que hablo si además de estar en cuarentena no tuvieran acceso a internet y no pudieran estar en contacto con un líder o una comunidad? Si algo deberíamos de aprender de está experiencia que hemos vivido es a ser discípulos maduros, no niños. No es que deseches el consejo, atención, ayuda y dirección de los pastores que velan por las ovejas de Israel como un servidor, ¿Pero cómo podría sobrevivir tu fe si depende de una persona o una congregación para mantenerse viva? Conozco personas que al no poder reunirse y tener contacto personal con quienes ven como sus “padres espirituales” simplemente no siguen viviendo su fe, se olvidan y dejan de lado todo lo que supuestamente ya habían aprendido, dejan de practicar todo lo que supuestamente ya sabían que es requerido de un verdadero discípulo del Mesías.
Si algo deberíamos aprender de esta situación como creyentes en Yeshua el Mesías-Jesucristo, es a vivir nuestra fe todos los días de manera personal y enseñar a nuestras familias a hacer lo mismo, buscando todos los días en oración y en la Biblia el alimento para nosotros y para los de nuestra casa. Deberíamos seguir practicando lo que sabemos que es bueno y necesario para todo creyente sin necesidad de tener a una persona de carne y hueso que constantemente nos lo recuerda y nos motiva cada semana a hacerlo. Claro, estoy hablando de discípulos maduros, no los pequeños en la fe que todavía necesitan atención continua. ¿Pero cuántos años se puede permanecer siendo un bebé en la fe?
¿Cómo vamos a ser discípulos maduros, siervos buenos y fieles, si a los pocos días o semanas de no congregarnos y de que el pastor o líder no está a la vista abandonamos nuestro puesto o nos descarriamos? ¿Seremos como Israel cuando se cansó de esperar a Moisés en el Sinaí (Ex. 32:1) o como los labradores de la viña (Lc.20:9) que negaron a su Señor cuando este se tardó en volver?
Hoy doy gracias a Dios porque aún se puede recurrir libremente a quienes son como papás y mamás en la fe, pastores y líderes en la comunidad de creyentes como tu servidor, pero reconozco que el único Padre, Maestro y Pastor de Israel está en los cielos. Hay pequeños en la comunidad de creyentes que requieren atención continua y doy gracias a YHVH Dios porque ha puesto personas en Su pueblo a quienes nos ha dado la capacidad de enseñar, de dar consejo o apoyar en oración cuando alguien lo necesita. Es muy diferente el querer congregarse para poder dar, servir, ministrar a otros con los dones y capacidades que el Espíritu de YHVH ha puesto en ti.
Pero tu fe y vida espiritual no debe depender de tener a una persona o una comunidad a tu alrededor todo el tiempo como si fueran una muleta para tu vida con Dios. Es necesario madurar. Así como maduran los niños y los jóvenes. ¿Qué sucederá el día que no puedas tener físicamente a tu lado una persona animándote, enseñándote, dándote consejo, motivándote a creer en la Palabra de Dios y ponerla en practica? Si hay algo que deberíamos aprender de esta situación y las que dice la Biblia que aún están por venir es a ser discípulos que Mesías Yeshua-Jesucristo llame fieles y aprobados cuando Él venga.
42 Así que mantente alerta, porque no sabes en qué día vendrá tu Señor. 43 Pero sí sabes esto: si el dueño de la casa hubiera sabido cuándo vendría el ladrón, se habría quedado despierto y no habría permitido que su casa fuera robada. 44 Por lo tanto, tú también debes estar siempre listo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando no lo estés esperando.45 “¿Quién es el sirviente fiel y sensato cuyo amo lo pone a cargo del personal de la casa, para darles su comida en el tiempo indicado? 46 Le irá bien a ese sirviente si lo encuentran haciendo su trabajo cuando venga su amo. 47 Sí, les digo que lo pondrá a cargo de todo lo que posee.
Mateo 24: 42-47 (CJB 2016)
-¡Shalom! P. A. Zúñiga
Mat. 21:33; 25:14; 2 Tim. 2:15; Ap.17:14