Sea La Luz, Reconciliación y Restauración.

por P. Andrez Peregrina

Para poder entender como es que la vida de una persona puede ser transformada debemos ir al inicio de la historia, el inicio de la creación misma. Ahí, en cada uno de los días que Dios trabajó podemos encontrar el camino los pasos a seguir si queremos ser seguidores de Yeshua el Mesías-Jesucristo. Así que vamos al inicio sin buscar atajos, remedios a medias y sin saltarnos partes de este camino que conduce a la vida.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Genesis 1:1-2 RVR1995

Probablemente en algún punto en tu vida te has dado cuenta de que estás lejos de Dios, sin Su luz en tu vida, cargando con problemas, aflicciones, necesidades o dolor de alguna clase. Probablemente eso te ha llevado a buscar ayuda, respuestas o tal vez fue alguien más que te ama quien te ha hecho llegar este mensaje. Como quiera que sea, quien quiera que tú seas y donde estés quiero decirte que la vida verdadera comienza hasta que Dios enciende Su luz en tu vida. Antes de esto en nosotros solo hay desorden, vacío, miseria y dolor. Pero así como en la creación, cuando Dios te habla esas palabras un milagro sobrenatural sucede: lo que faltaba, lo que antes no había entra en la escena y todo en tu vida se pone en movimiento buscando ocupar su lugar correcto. Yo lo viví y lo he visto suceder en la vida de muchísimas personas de diferentes edades, en diferentes situaciones, lugares y culturas. Ese milagro puede suceder en tu vida también si así tú lo quieres. Sigamos.

Dijo Dios: «Sea la luz». Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas.

Gen. 1:3-4 

En el primer día de la creación Dios, del hebreo Elojím, ordenó que Su luz resplandeciera sobre las tinieblas y el vacío y comenzaron a separarse, comenzó el orden divino en la creación.
Así mismo lo primero que necesita haber en ti como en toda la creación para que puedas reconciliarte con el Creador es que veas Su luz, que esta luz resplandezca sobre tu vida y comience a separar las tinieblas, la oscuridad y el vacío de lo que está en la luz. Este es el primer paso en este camino hacia la reconciliación y una nueva vida como Discípulos del Mesías Yeshua.

Esta luz que salió de Dios es quien te dará a conocer quien Él es, cómo El es, y cuánto te ama. De esa luz dice Juan:

Esta luz resplandece en las tinieblas,y las tinieblas no han podido extinguirla.

Juan 1:5 NVI

Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo. El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

Jn. 1:9-12 

De lo que hemos leído podemos entender varias cosas: 

  • Dios es el Creador de todo y de todos. Todos somos Su creación más no todos somos sus hijos.
  • La luz que Dios hizo resplandecer en la creación y que nosotros necesitamos ver para poder reconciliarnos con Él y ser sus hijos y no solamente parte de la creación tomó forma de hombre y vino nuevamente como en el inicio de la creación a separar las tinieblas y el vacío en aquellos que le reciben y creen en su nombre que es Yeshua el Mesías o Ungido que muchos conocimos como Jesús el Cristo. 
  • Lo primero que necesitamos hacer es creer que Dios desea que volvamos a Él y que ha enviado Su luz para enseñarnos el camino.

(Yeshua) Vino a Nazaret, donde se había criado;y el sábadoentró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Se le dio el libro del profeta Isaías y, habiendo abierto el libro, halló el lugar donde está escrito:«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungidopara dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviadoa sanar a los quebrantados de corazón, apregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, aponer en libertad a los oprimidos ya predicar el año agradable del Señor».

Lucas 4:16-19 RVR1995

Yeshua el Mesías-Jesúcristo ES la luz que Dios encendió en el inicio de la creación y enciende en la vida de quienes se lo piden. Él vino para dar buenas noticias a los pobres, sanar a los que tienen heridas en el corazón, dar visión a quienes no pueden ver, dar libertad a quienes viven angustiados y a predicar el año llamado del jubileo-el año de libertad a los que están en esclavitud. Él es la luz que resplandece sobre las tinieblas.

Hay dos milagros que solo son posibles cuando Dios enciende Su luz en nuestra vida: Reconciliación y Restauración. ¿Qué significan reconciliar y restaurar en la Biblia? 

— Reconciliar viene de la palabra hebrea:

כָּפַר kafár; cubrir (especialmente con betún); figuradamente expiar o condonar, aplacar o cancelar:—anular, apaciguar, aplacar, corregir, evitar, (hacer) expiación, expiar, limpio, pacto, perdonar, propicio, purificar, reconciliación, reconciliar, satisfacción.

Diccionario Strong 3722

Reconciliar significa literalmente cubrir algo como cuando Noé cubrió con brea el arca-barco donde subiría su familia y a los animales que se salvarían durante el diluvio. Figuradamente es lo que sucede cuando se cumple un castigo o se paga una multa por faltas que se han cometido, las cubre de tal manera que satisface la justicia y eso permite que una persona sea librada del castigo como en el diluvio. 

— Restaurar en la Biblia viene de la palabra hebrea: 

חָדַשׁ kjadásh; raíz prim.; ser nuevo; caus. reconstruir:—componer, rejuvenecer, renovar, reparar, restaurar.

Diccionario Strong 2318

Restaurar es volver algo o alguien a su condición original, dejarlo como nuevo. Al vivir separados de Dios y sin conocer sus Palabras, Su voluntad, nuestra identidad se ha distorsionado. Perdemos de vista el original y la copia se corrompe. Hemos perdido esa parte de nosotros que es imagen o copia a semejanza del Creador. Por eso cuando recibimos y creemos en Yeshua nuestra identidad como hijos de Dios es restaurada.

De modo que si alguno está en Cristo,nueva criaturaes: las cosas viejas pasaron;todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nosreconcilióconsigo mismo por Cristo, y nos dio elministerio de la reconciliación:

2 Cor.5:17-18 RVR1995

Para poder ser restaurados y volver al estado original en el que Dios nos creó necesitamos primero reconciliarnos con Él y nota por favor que la única manera en que podemos reconciliarnos y restaurados a Su imagen es a través de Él. No es por los méritos de ninguna otra persona viva o muerta, ni es tampoco por nuestros propios méritos. Es decir, que nuestras faltas tienen que ser cubiertas de tal manera que podamos volver a tener relación con el Creador y la única forma indicada por Dios en la Biblia en la que podemos reconciliarnos con Él es a través de creer que Yeshua es el Mesías a quien el Padre envió a buscarnos y recibir el beneficio de Su sacrificio al morir cubriendo-kafár nuestras faltas y haciendo reconciliación por nosotros. No hay otra persona que pueda interceder a nuestro favor para que nuestras faltas cubiertas.

Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 4:11-12 RVR1995

Tampoco hay otra alternativa o “Plan B” para que podamos ser reconciliados con Dios; ni haciendo penitencias, ni haciendo buenas obras de caridad, ni siendo una buena persona de ahora en adelante, etc. Todo esto es bueno si se hace con un corazón sincero y como consecuencia de amor por Dios pero cinco aciertos no borran un error, ni diez, ni mil. El procurar obedecer lo que Dios dice no puede borrar ni cubrir nuestras ofensas anteriores así como el obedecer el reglamento de tránsito de ahora en adelante no me libra de la culpa y respectivas multas por violarlo antes.

Necesitamos entender que no hay cosa alguna que podamos hacer que borre o cubra todas las veces que hemos desobedecido u ofendido a Dios y no hace diferencia si hemos desobedecido con entendimiento y premeditación o por ignorancia de lo que Él estableció.

Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen. De hecho, cuando los gentiles (los no judíos), que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.

Rom 2:12-15 NVI

No hace diferencia si estamos de acuerdo o en desacuerdo con lo que Dios dice en la Biblia que está bien y lo que no. Tampoco hace diferencia si la sociedad o cultura en la que vivo aprueba o condena lo que Él piensa. Toda persona con edad suficiente para tener conciencia de lo que es bueno y malo es culpable delante de Dios de violar alguna o muchas de Sus instrucciones.

El necio ha dicho en su corazón: “No hay Dios.” Todos se han corrompido, han cometido hechos abominables; No hay quien haga el bien. El Señor ha mirado desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si hay alguien que entienda, alguien que busque a Dios. Pero todos se han desviado, a una se han corrompido; No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno.

Salmo 14:1-3 NBLH

Todos somos culpables y el perdón y reconciliación que estaba fuera de nuestro alcance y que ni siquiera los sacrificios de animales podían cubrir en los tiempos antiguos como dice Hebreos 10:4 “…porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”. Esto es es lo que Jesús-Yeshua vino a hacer por nosotros. 

Este milagro de reconciliación con Dios comienza cuando reconocemos con el corazón y con nuestra propia boca: Que hemos creído que Yeshua/Jesús es el Hijo de Dios y que es por medio de Su sacrificio que nosotros podemos tener el perdón de nuestras faltas y ser reconciliados con Dios. Apenas entonces puede dar comienzo el proceso de restauración. Todo este proceso es descrito de muchas maneras en la Biblia. Como por ejemplo en el capítulo 15 del evangelio de Lucas. Con una historia o parábola Yeshua habla de lo que sucede en una persona cuando ve la luz, se da cuenta de su condición separada de Dios, decide dejar las tinieblas para reconciliarse con Él y comienza a caminar de regreso a Su encuentro:

También dijo: «Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde”. Y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos a una provincia apartada, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.

Lu. 15:11-13 RVR1995

Al pedir su herencia en vida y después abandonar a su papá este hijo menor cometió una ofensa grave, no estaba honrando a su padre, fue sumamente egoísta y solo buscó su propio beneficio. Pidió por adelantado los beneficios de ser hijo sin querer quedarse y asumir las responsabilidades de ser hijo ni seguir instrucciones o dar cuenta de sus acciones a Su papá. A continuación desperdició todo lo que Su padre accedió a darle. Yeshua usa esta historia para ayudarnos a entender lo que muchos de nosotros hicimos por mucho tiempo con Dios: Recibimos la vida y recibimos poco o mucho sustento y si estás leyendo esto hasta hoy el Padre de los Cielos no te ha quitado su regalo de poder abrir los ojos cada día y seguir respirando. Por supuesto, a algunos nos ha concedido mucho más que solo eso. Pregúntate ¿cómo le has mostrado tu gratitud y honra? ¿Has procurado tener relación con Él, conocerle, saber lo que piensa y cuales son Sus instrucciones para ponerlas en práctica? Si pensar en esto y examinar tus propias acciones te incomoda por lo menos un poco es una buena señal. Mira lo que sucedió después:

Cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó él a pasar necesidad. Entonces fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual lo envió a su hacienda para que apacentara cerdos. Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: `Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros’ ”. 

Lu. 15:14-19

Este hombre no dio valor a lo que tenía en casa de su padre mientras tuvo recursos. No le importó lo que pudiera sentir su papá mientras estuvo lejos. Mientras tuvo los medios para satisfacer sus deseos no le importó nada. Fue hasta que se le acabó todo, incluyendo sus supuestas “amistades”, que buscó ayuda y no es casualidad que su primera opción no haya sido volver a casa sino pedir ayuda a alguien de ese lugar ajeno a su hogar. Así también nosotros. Muchas veces nos olvidamos de Dios y disfrutamos de lo que pensamos que nos ha dado “la vida”, nuestros propio esfuerzo, la suerte, etc., hasta que un día empieza a faltarnos algo, recursos, salud, amor, propósito, y comienza un camino cuesta abajo de necesidad y dolor. 

Necesitamos entender que en este caso el dolor, la necesidad, la soledad o la aflicción son fuerzas muy poderosas que actúan sobre nosotros cuando nos alejamos del Padre, las tinieblas que deben hacer que reaccionemos y decidamos volver. En el caso de algunos de nosotros es la única fuerza capaz de hacernos recapacitar y reconciliarnos con Dios. Si no fuera así, nos destruiríamos a nosotros mismos y a nuestros seres amados antes que decidir buscar estar en paz con Dios voluntariamente. Las tinieblas son consecuencia de vivir separados de la luz, separados de Dios buscando hacer nuestra propia voluntad. 

Lo peor como en este caso, es que muchas veces ya estando en esa condición nuestra primera opción no es buscar la reconciliación sino que recurrimos a alguien que simplemente nos ayude a salir del paso. Puede ser como en este caso una persona en el mismo contexto, alejada de Dios que simplemente nos ayude a sobrevivir o una solución temporal y a medias a lo que nos aflige. Una aspirina cuando necesitamos una cirugía mayor. Muchas veces como en esta historia, es también en ese punto cuando otras personas ven nuestra condición vulnerable y se aprovechan de nosotros haciéndonos esclavos mendigando un bocado de pan, afecto, recursos, reconocimiento o un poco de esperanza. Es en ese momento que este hombre tocó fondo y la fuerza de la aflicción, la soledad y el hambre cumplieron su propósito: volvió en si, se dio cuenta de cuan vacía, solitaria, dolorosa y sin propósito sería su vida separado de su padre. 

Esta ha sido para muchos de nosotros nuestra historia. Es crucial que podamos llegar a ese punto de quiebre personal donde reconocemos nuestra condición, nuestra responsabilidad, donde finalmente estamos dispuestos a arrepentirnos y buscar el camino de regreso a Dios quien nos dio todo y a quien hemos ofendido con nuestras acciones muchas veces. Es un momento decisivo donde tiene que haber un cambio de corazón y de actitud, tiene que tomarse la decisión de emprender el camino de regreso cueste lo que cueste y buscar la reconciliación con Dios asumiendo las consecuencias que nuestras acciones puedan tener. Este es el inicio del camino de regreso: el arrepentimiento. Este también es el primer paso hacia el milagro de la luz de Dios en nuestra vida.

Entonces se levantó y fue a su padre. Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó. El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. Pero el padre dijo a sus siervos: “Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su dedo y calzado en sus pies. Traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta, porque este mi hijo muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado”. Y comenzaron a regocijarse.

Lu.15:20-23

¿Qué fue lo que movió el corazón de este papá para recibir a este hijo “perdido” de está manera? ¿Merecía un castigo adicionalmente a todo lo que había padecido? Probablemente si. ¿Era justo que se le recibiera con ese amor, trato preferencial y se hiciera una gran fiesta en su honor después de todo lo que hizo? Probablemente no. Este recibimiento no fue algo que el hijo mereciera en lo absoluto, de hecho venía dispuesto a lo mínimo, a ser tratado como un siervo más. Nos muestra que tan grande es la misericordia y el amor del Padre que está en los cielos cuando uno de sus hijos o hijas se arrepiente y decide volver y buscar reconciliarse con Él. Esto es lo que Jesucristo-Yeshua el Mesías vino a decirnos, y estas son las buenas noticias: Que ÉL ES el camino de regreso al Padre. Que ÉL ES por medio de quien podemos ser recibidos nuevamente como hijos e hijas muy amados pues nuestras faltas han sido cubiertas-kafár por medio de Su sacrificio. Eso es la reconciliación.

Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.

Jn 14:6-7 RVR1995

Yeshua es quien fue enviado a darnos la buena noticia de que el Padre de quien recibimos todo y a quien abandonamos y ofendimos está dispuesto a recibir nuevamente a todas aquellas personas que se arrepienten y deciden volver a Él poniendo su confianza en que Yeshua cubrió-kafár nuestras faltas y ofensas por lo que nos ha reconciliado con el Padre satisfaciendo la justicia con Su sacrificio al morir en el madero.

Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él.

2 Cor 5:19-21 RVR1995

Entonces el inicio de nuestra Reconciliación-kafár podemos entenderlo así:

  • Arrepentirme sinceramente por haber abandonado y ofendido al Padre Celestial.
  • Creer y poner mi confianza-fe en Yeshua-Jesús, quien es la luz que Dios envió para llamarme de regreso.
  • Confiar en que la justicia de Dios ha quedado satisfecha por lo que hizo Yeshua al morir para cubrir mis faltas.
  • Decidir volver y someterme a Su voluntad que tengo por escrito en la Biblia.

Una cosa más que vemos que sucede también es que el Padre le devuelve al hijo arrepentido, su lugar y su identidad, no como un siervo más sino como Su hijo. Comienza a restaurar esa imagen, ese parecido, su imagen y semejanza al Padre de la casa. Muy seguramente al regresar el aspecto, ropas, y condición de salud en general de este hijo estaba muy por debajo incluso que la de los siervos. Su papá inmediatamente comenzó a restaurar su aspecto y condición general a la que tenía originalmente como hijo. Así también sucede en nuestra vida cuando nos hemos arrepentido y hemos decidido volver a la casa del Padre Celestial creyendo en el mensaje y sacrificio de Yeshua: Dios comienza a restaurar Su imagen y semejanza en nosotros, comienza a restaurar nuestra identidad como sus hijos e hijas. 

No os conforméis a este mundo, sinotransformaos por medio de larenovación de vuestro entendimiento,para que comprobéis cuál es labuena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Rom.12:2 RVR1995

La palabra clave aquí es “renovación” que significa lo mismo que restaurar. Una transformación sobrenatural y a veces difícil de entender o creer sucede cuando Dios me muestra: Quien Él ES y quien dice Él que yo soy: Su hijo-hija. 

Eso tendrá un efecto natural o sobrenatural en nosotros, comenzaremos a vivir, pensar, hablar, actuar de manera diferente, y no solo porque tengamos buenas intenciones. De hecho comenzaremos a hacer casi sin esfuerzo lo que sabemos que es bueno, agradable y perfecto delante de Dios, cosas que probablemente ya sabíamos antes, pero que no queríamos o simplemente no podíamos hacer. La clave ahora es que ya no se trata de tener fuerza de voluntad o de hacer un auto-convencimiento diario. Ese es el poder transformador de Dios actuando en nuestra vida, restaurando nuestra identidad como Sus hijos e hijas hechos a su imagen.

En este momento necesitas saber lo siguiente:

  • Que todos sin excepción, sabiéndolo o sin saberlo, hemos ofendido y fallado a Dios.
  • Que Dios, Yehováh te ama.
  • Que ha enviado a Su hijo Yeshua-Jesús, Su luz, para hacerte saber que hay un camino para reconciliarte con Él.
  • Que Yeshua murió para cubrir-kafár-pagar por las faltas de todos aquellos que ponen su confianza en Él.
  • Que si te arrepientes y pones tu confianza en Yeshua serás bienvenido/a en la casa del Padre Celestial.

Si decides volverte hacia Dios y buscas la reconciliación por medio de Yeshua, Él te restaurará como Su hijo-hija y comenzará a renovar Su imagen y semejanza en tu vida. Podrás entender y conocer a Dios a través de la Biblia y empezarás a vivir como la persona que Él dice que tú eres. Será un nuevo comienzo en tu vida como fue en el inicio de la creación cuando todo estaba desordenado y vacío y Dios dijo: Sea la Luz.