- Arrepentimiento, por Andrés Zúñiga Peregrina
Del capítulo anterior, Reconciliación.
Mar. 1:14-15(RVR1995) Yeshua/Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado.¡Arrepentíos y creed en el evangelio!».
— El inicio de ese proceso de restauración y renovación de nuestra identidad es a través del *ARREPENTIMIENTO*:
Es cuando reconocemos que no hemos actuado por amor, respetando y tomando en cuenta lo que es bueno, beneficioso o agradable para alguien más. Es cuando hemos tomado decisiones movidos solamente por nuestro deseos, solo para nuestro beneficio y/o hemos causado una ofensa y daño a otros. En cuanto a Dios es cuando no le hemos tomado en cuenta y hemos actuado ofendiéndole y desobedeciendo sus deseos expresados en la Biblia posiblemente por ignorancia o porque aúnque si conocemos Sus instrucciones hemos decidido no seguirlas.
Pedimos perdón y nos arrepentimos, es decir, nos comprometemos a conocer y hacer lo que la Biblia dice. No solo es sentirnos mal o buscar excusas o pretextos, no es echarle la culpa a alguien más por nuestras decisiones. Ni si quiera Satanás el Adversario puede obligarnos a hacer algo que no queremos hacer. Arrepentimiento es reconocer nuestro error, nuestras faltas, tomar la responsabilidad por las consecuencias y hacer obras que demuestren con acciones que en realidad queremos reparar el daño que hemos causado o compensar a quien hemos ofendido. Por amor buscamos no cometer la misma falta de nuevo sea contra Dios o contra otra persona.
Entonces se cumple:
Jn. 1:12-13(RVR1995) Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.
- Los que le recibieron, es decir que aceptan sus condiciones: Arrepentimiento.
- Creen en Su nombre, creen que Yeshua es el Hijo de Dios y la Puerta de Salvación.
- A quienes reciben y creen en Yeshua les da el derecho de ser ahora hijos de Dios,
- Para ahora vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, Su Palabra.
Eso nos lleva a la siguiente pregunta, ¿se puede pedir perdón por algo sin saber cuál ha sido la falta cometida?
Ej. En ocasiones esto sucede entre parejas; donde uno de los dos se da cuenta de que su pareja está molesta por algo pero no sabe por qué. Percibe en la actitud de su pareja y en el ambiente que algo está mal pero no sabe que es, no tiene conciencia de que fue lo que hizo que provocó su enojo.
Su pareja por otro lado, no esta dispuesta a revelar la causa de su enojo, incluso si le pregunta en ocasiones dirá que no tiene nada. En realidad ESTÁ ESPERANDO QUE SU PAREJA SE DE CUENTA QUE FUE LO QUE HIZO, RECONOZCA SU ERROR Y PIDA PERDÓN.
El problema tan común aquí, es que no hay conocimiento de qué fue lo que se dijo o se hizo que estuvo mal, no hay memoria o conciencia de la falta cometida aunque para la parte ofendida sea muy obvio.
Entonces, frecuentemente quien ama y busca la reconciliación toma valor y dice algo como, “Sea lo que haya hecho lo siento”, o “SI EN ALGO TE OFENDÍ TE PIDO PERDÓN”.
Quienes hemos pasado por esta experiencia sabemos que esto no sirve de mucho.
La parte ofendida está esperando que sepamos cual es la falta, reconozcamos nuestro error y expresemos nuestro arrepentimiento. ENTONCES podremos pedir una disculpa sincera haciendo un compromiso de no volver a cometer la misma falta otra vez. Cuenta muy poco el que se pida perdón por algo de lo que no se es consciente. Sin embargo, lo que si muestra es la intención de tratar el asunto y reconciliarse.
En el caso de nuestra relación con Dios sucede de la misma manera: Cuando pedimos perdón sin saber cual ha sido nuestra falta SOLO ESTAMOS INDICANDO QUE TENEMOS LA INTENCIÓN DE RECONCILIARNOS CON ÉL, pero no se reconoce ni se corrige el error. De hecho, si no llegamos a conocer cual fue el error o la ofensa lo más probable es que volveremos a repetirlo una y otra vez.
Ej. Esto sucede con nuestros familiares cuando hacen algo que nos ofende o no muestra respeto y reclamamos verbal o fisicamente sin tomarnos el tiempo de explicar cual ha sido la falta, sin explicar de forma que puedan entender por qué es una falta y decirles que es lo que se espera que hagan.
Si solo les mostramos nuestro enojo y no tienen conciencia de cual ha sido la falta y lo que se espera de ellos les va a llevar mucho tiempo y dolor descubrir por si mismos que fue lo que hicieron que no deberían haber hecho.
Una vez que hemos creído en la buena noticia o evangelio del perdón que Dios-YHVH nos ofrece por medio del sacrificio de Yeshua y la posibilidad de reconciliarnos con Él, DIOS NOS MOSTRARÁ precisamente cuales han sido esas faltas que hemos cometido con el propósito de que nos arrepintamos y que no volvamos a repetirlas una y otra vez.
YHVH nos muestra en Su Palabra lo que está mal, lo que le ofende, lo que Él no aprueba con el propósito de que nos arrepintamos y dejemos de hacerlo. Para eso nos da instrucciones y mandamientos, para que sepamos en le hemos ofendido y podamos pedir perdón con conocimiento de cual es nuestra falta. Una vez que conocemos lo que Él considera una ofensa depende de nosotros decidir y esforzarnos por no seguir ofendiéndole.
— Esto es de lo que habla Yeshua después de sanar y perdonar a las personas;
Jn 5:14(RV1960 Strong) 14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.
Jn 8:10-11(RV1960 Strong) 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
En ambos casos se trata de personas que conocen las instrucciones y mandamientos De Dios llamados Su Ley: El primero un hombre enfermo por 38 años que esperaba en el estanque a un ángel para recibir un milagro de sanidad y después está en el templo.
La mujer es traída por fariseos al templo acusada de adulterio, esto es penado tanto por la Ley de Dios como por la de los hombres. Una vez sanados y perdonados se les dice que no pequen más, ellos saben a lo que se refiere Yeshua.
Si no sabemos qué es pecado estamos en serios problemas.
Estamos en camino a repetir una y otra vez la misma falta. -Si no sabemos que es lo que Dios llama pecado incluso podemos llegar a pensar que lo que nos parece malo es pecado y que lo que sentimos que está bien debe ser bueno. En ese momento el bien y el mal, lo que es pecado y lo que no, se vuelven relativos a lo que pensamos o nos dicen quienes nos rodean. Esto es un grave error con terribles consecuencias.
— Si en verdad hemos conocido el amor De Dios por nosotros y le amamos a Él, lo más importante para nosotros será lo que Dios piensa y nos ha dicho en Su Palabra, lo que Él dice que es bueno y Él aprueba y lo que Él dice que es ofensivo y no aprueba. Lo que pensemos nosotros mismos o quienes nos rodean son opiniones y todas las opiniones están sujetas a cambio, la Palabra de Dios no cambia. Dios no cambia.
— Si nos hemos reconciliado con Dios y recibido Su perdón por medio de Yeshua, entonces conocer lo que Él aprueba y lo que no, lo que le agrada y lo que le ofende, será una prioridad en nuestra vida.
Si le amamos será Su opinión la que dirija nuestras acciones no nuestra propia opinión, nuestros sentimientos y deseos. Por eso Yeshua dijo:
Jn. 14:15(NBLH) 15 “Si ustedes Me aman,guardarán Mis mandamientos.
— Si le pido perdón perdón “por todo lo que haya hecho que le haya ofendido”, solo estoy indicando mi disposición a reconciliarme con Él. Solo hemos dado el primer paso en la dirección correcta.
— Ahora debemos conocer y entender lo que YHVH dice en Su Palabra y darnos cuenta en que le hemos fallado u ofendido para poder pedir perdón con pleno conocimiento de nuestra falta y por amor comprometernos a poner todo nuestro esfuerzo porno volver a pecar, no volver a ofenderle en la misma manera.
— Arrepentirnos por nuestras faltas y errores es parte del proceso de reconciliación en cualquier relación. Con Dios así como con otras personas sucede de la misma manera; No puedo pedir perdón, manifestar arrepentimiento, ni mucho menos comprometerme a no volver a fallar si no conozco cual fue la falta u ofensa. En nuestra relación con Dios a medida que vamos conociendo y entendiendo lo que Él aprueba y lo que no, nos damos cuenta en donde es que hemos fallado. Entonces podemos arrepentirnos con conocimiento y comprometernos a no volver a fallar lo que nos llevará a una reconciliación completa.
En el momento que conozco y entiendo donde he fallado y en que he ofendido;Entonces puedo expresar mi arrepentimiento sincero con pleno conocimiento de cual ha sido la falta, teniendo conciencia de mis acciones. Entonces puedo hacer un compromiso por amor de esforzarme por no volver a ofender de la misma manera.
— Entonces, ¿Qué es pecado? ¿Qué es lo que YHVH Dios considera una falta u ofensa?
1 Jn. 3:4(NBLH) Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, puesel pecado es infracción de la ley.5 Ustedes saben que Cristo se manifestó a fin de quitar los pecados, y en El no hay pecado. 6 Todo el que permanece en El, no peca. Todo el que peca, ni Lo ha visto ni Lo ha conocido. 7 Hijos míos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como El es justo. 8El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.9Ninguno que es nacido (engendrado) de Dios practica el pecado,porque la simiente de Dios permanece en él. No puede pecar, porque es nacido de Dios.
Lo que dice el apóstol Juan es fundamental para entender qué es pecar.
¿Qué es lo que ofende a Dios?
¿De qué tenemos que arrepentirnos y pedir perdón?
¿Qué es lo que tenemos que dejar de hacer para que podamos reconciliarnos con Dios?
Pecar es infringir o violar la Ley de Dios. Es violar sus mandamientos y preceptos contenidos principalmente en los primeros cinco libros de la Biblia dados por medio de Moisés. La señal de que amamos a Dios es que buscamos conocer lo que el aprueba y lo que Él llama una ofensa y ponemos todo nuestro empeño en agradarle evitando ofenderle.
Si hemos conocido cuanto nos ama Dios y todo lo que Él ha hecho para perdonarnos incluyendo enviar al Mesías Yeshua a pagar por nuestras ofensas, lo más natural será mostrar nuestro amor a Dios buscando conocer lo que Él dice y hacer lo posible por agradarle. Juan dice que nadie que ha nacido en Dios, es decir que ha sido renovado en su identidad como un hijo de Dios, practica el pecado (la infracción a las leyes de Dios). Dice que quien practica el pecado (la infracción continua a las leyes de Dios) es en realidad una persona que está siendo dirigida por el diablo quien peca (infringe las leyes y mandamientos de Dios) desde el principio. Piénsalo, no podemos amar verdaderamente a Dios o una persona que nos ha perdonado una gran ofensa o nos ha perdonado por causarle un gran daño y después seguir cometiendo la misma ofensa una y otra vez. Eso es un engaño o es hipocresía. Si verdaderamente hemos entendido y recibido el perdón y hemos conocido el amor de quien nos perdona buscaremos como reparar el daño y pondremos todo nuestro empeño en no volver a cometer la misma falta otra vez. Eso es verdadero arrepentimiento.
— Entonces, ¿qué fue lo que Cristo el Mesías vino a quitar? Los pecados; las infracciones a la Ley de Dios, no la Ley de Dios. Si no tuvieramos la Instrucción de Dios no nos sería posible saber que le agrada y que le ofende, que llama apriobado y que es reprobable. No tendríamos forma de saber cuando le hemos ofendido ni en que, ni tampoco como podemos hacer por amor a Él lo que Él llama bueno y agradable.
Yeshua vino a quitar nuestra infracción, nuestras faltas y ofensas contra Dios al violar us leyes y mandamientos los cuales Él cumplió durante toda su vida. Él dijo:
Mat. 5:17-19(NBLH) 17 “No piensen que he venido para poner fin a la Ley o a los Profetas;no he venido para poner fin, sino para cumplir.18 Porque en verdad les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Ley hasta que toda se cumpla.19 “Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos;pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Yeshua vino a mostrarnos como obedecer a Dios cumpliendo con todos Sus mandamientos, vino a darnos el ejemplo para que nosotros los conozcamos, los entendamos, los guardemos e incluso lleguemos a enseñarlos. Entonces no solo estaremos en paz con nuestro Padre Celestial, además recibiremos reconocimiento y aprobación en Su reino. Nota que Yeshua no vino a enseñar como guardar las tradiciones y costumbres de las personas para que no se sintieran ofendidas por Él. Yeshua incluso criticó que se siguieran tradiciones y costumbres en lugar de seguir los mandamientos De Dios. Claro, para algunas personas era y sigue siendo más importante cumplir con costumbres y tradiciones que mostrar su amor primero a Dios haciendo lo que Dios dice, cuando y como Él lo dice.
Si yo no sabía que era pecado, no hace que la ofensa desaparezca. Prueba que no había una intención al cometer una falta pero no me libra de haber cometido un error. Ej. en las relaciones cuando hacemos algo que ofende a la pareja sin saberlo.
Lev 5:17(NBLH) 17 “Si alguien peca y hace cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan,aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo.
Lo vemos desde la creación (Genesis 3) cuando los primeros hombre y mujer estaban en el huerto del Edén. Ambos fueron tentados a desobedecer a Dios. Comer una fruta no era una ofensa o falta contra Dios, pero Dios había dicho que no comieran la fruta de un árbol en específico. Esto es exactamente lo que el maligno Adversario les propuso a Adán y Eva y es lo que decidieron hacer. Ellos voluntariamente infringieron una instrucción directa de Dios, pecaron. Ellos decidieron que era más importante hacer lo que ellos querían que respetar lo que Dios quería. Esa fue una muestra de falta de amor hacia Dios quien les dio todo y les pidió a cambio seguir una sola instrucción con respecto a ese fruto. Parte de la consecuencia de esa ofensa fue la separación de Dios y eventualmente la muerte que era precisamente la razón por la que Dios les dijo que no comieran de ese fruto.
— También una de las consecuencias de esa primer desobediencia es que quedó grabada en nuestra carne o ADN una predisposición que pasa de generación en generación por toda la humanidad. Es una predisposición o deseo por hacer lo que Dios no aprueba, un deseo por pecar, por rebelarnos contra Él y desafiarle. Esto es lo que el apóstol Pablo llama laley del pecado que está en nuestra carne. Necesitamos entender que la ley del pecado que Pablo menciona NO ES la Ley o mandamientos de Dios que Yeshua dice que vino a cumplir y que debemos conocer, guardar y enseñar.
La ley del pecado es el deseo en nuestra carne por hacer lo que Dios NO aprueba o infringir Su Ley. Es un deseo por hacer como Adán y Eva, lo que nosotros queremos en lugar de aquello que Dios nos ha dicho para nuestro propio bien. Incluye una dosis de soberbia, orgullo y rebeldía contra todo lo que sean mandamientos o instrucciones De Dios. Por eso los deseos de nuestra propia carne son opuestos a los deseo del Espíritu De Dios. Lo primero que debemos reconocer es que una parte de nosotros desea amar a Dios y agradarle obedeciendo sus instrucciones o Leyes y otra parte de nosotros desea pecar, desea rebelarse y desobedecer a Dios y hacer las cosas que Él no aprueba lo cual conduce a nuestra separación de Él y por consiguiente a la muerte espiritual, emocional y física. Eso vino desde Adán y Eva y pasa a toda persona.
Rom. 6:21-23(NBLH) 21 ¿Qué fruto tenían entonces en aquellas cosas de las cuales ahora se avergüenzan? Porqueel fin de esas cosas es muerte. 22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Dios al perdonarnos y renovar nuestra identidad como Sus hijos nos ha hecho libres de la esclavitud al pecado. Es decir que ha cancelado en nosotros el deseo por desobedecer Sus instrucciones o leyes de tal manera que seamos capaces de obedecerle. Nos ha librado de ser esclavos de los deseos de nuestra propia carne que se rebelan contra Dios.
Esto es la santificacióno el ser apartados para obedecer a Dios cosa que antes no podíamos hacer por nosotros mismos. Es un proceso que durará toda nuestra vida en la tierra. Mientras tengamos un cuerpo de carne con una predisposición a desobedecer los mandamientos de Dios siempre habrá una lucha entre la Ley de YHVH que está en nuestra mente y corazón vs. los deseos de nuestra carne que se rebelan contra Dios.
Leamos lo que Pablo dice sobre esta lucha, recuerda;
- La Ley de Dios son sus instrucciones o mandamientos contenidos en la Biblia que producen vida a quien los obedece. Estos permiten que tengamos comunión con Dios y que nos vaya bien.
- Pecado es infracción a la Ley o mandamientos de Dios, es una ofensa que nos separa de Él.
- La consecuencia por el pecado o la desobediencia a las leyes e instrucciones de Dios es la muerte que viene cuando nuestra ofensa nos separa de Él.
- No podíamos dejar de pecar-ofender a Dios por la predisposición de nuestra carne a rebelarnos y desobedecer a Dios. Esto es llamado “la ley del pecado”.
Rom. 7:9-25(NBLH) En un tiempo yo vivía sin la Ley, pero al venir el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí; 10 y este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11 porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató. 12 Así que la Ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. 13 ¿Entonces lo que es bueno vino a ser causa de muerte para mí? ¡De ningún modo! Al contrario, fue el pecado,a fin de mostrarse que es pecado al producir mi muerte por medio de lo que es bueno, para que por medio del mandamiento el pecado llegue a ser en extremo pecaminoso. 14 Porque sabemos que la Ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido a la esclavitud del pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo. Porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero hacer, eso hago, estoy de acuerdo con la Ley, reconociendo que es buena. 17 Así que ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 18 Porque yo sé que en mí, es decir,en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. 19 Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. 20 Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí. 22 Porqueen el hombre interior me deleito con la Ley de Dios, 23 pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.
- Yeshua el Mesías-Jesucristo, aunque tuvo un cuerpo de carne como el nuestro con los mismos deseos y predisposición a desobedecer los mandamientos de Dios, nunca pecó, nunca desobedeció las leyes y los mandamientos del Padre por amor.
- Yeshua tomo la culpabilidad y la ofensa y murió en lugar de quienes ponen su confianza en Él. Yeshua pagó por el pecado-desobediencia a los mandamientos de Dios cuya consecuencia es la muerte. Él es quien pagó la cuenta que nosotros no podíamos pagar y al hacerlo nos mostró nuevamente el gran amor que Dios nos tiene.
- Además, a quienes hemos creído y recibido el perdón nos ha dado Su Espíritu el cual nos ha hecho libres de la esclavitud a pecar-desobedecer al Padre y ha escrito en nuestra mente y corazón las leyes de Dios para que sepamos en que hemos ofendido, pidamos perdón y decidamos no seguir haciéndolo y además constantemente nos las enseña y recuerda:
Jer. 31:33-34 (NBLH) “Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,” declara el Señor.“ Pondré Mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré.Entonces Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo. 34 No tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciéndole: ‘Conoce al Señor,’ porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,” declara el Señor,“pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.”
Jn. 14:23-26 (NBLH) 23 Jesús le respondió: “Si alguien Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. 24 El que no Me ama, no guarda Mis palabras; yla palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre que Me envió. 25 “Estas cosas les he dicho estando con ustedes. 26 Pero el Consolador (Intercesor),el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, El les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho.
— Esta es la evidencia de que hemos nacido de nuevo y ha sido renovada nuestra identidad como hijos de Dios; YHVH pone Su Ley en nuestro corazón y la escribe en nuestra mente. Buscamos guardar las palabras de nuestro Padre Celestial y ponerlas en práctica y Su Espíritu Santo/Ruah HaKodesh nos las enseña y recuerda.
— A partir de que pedimos perdón a Dios y somos librados de la muerte por medio del sacrificio de Yeshua, Dios pone su Espíritu en nosotros y escribe su instrucción en nuestra mente y corazón, entonces por amor buscamos estar conscientes de lo que Dios aprueba y lo que no para que con Su ayuda no volvamos a ofenderle en la misma manera.
Decide recibir el perdón De Dios que te ha sido otorgado si has creído y puesto tu confianza en el sacrificio de Yeshua en el madero.
Determínate a conocer lo que dice la instrucción y mandamientos De Dios y cada vez que veas algo en lo que sabes que le has ofendido o has ofendido a alguien más, toma tiempo para pedir perdón a Dios o a la persona que has ofendido o contra quien has cometido una falta.
Entonces fíjate en lo que dice la instrucción De Dios sobre como se puede reparar la falta o hacer una restitución por la ofensa.
Por amor, después de pedir perdón comprométete a poner todo de tu parte para no volver a cometer la misma ofensa o falta y pídele a Dios que Su Espíritu te lo recuerde las veces que sea necesario y te de la capacidad de no volver a hacer lo mismo de nuevo.
Recuerda que esto es un estilo de vida y no se logra de un día para otro, pero cada día que lo seguimos y practicamos se hace más fácil.